Los viajes de Hyparco
Logo

Jerash


Fecha del viaje: Agosto de 2010

Esta visita forma parte de un viaje de dos semanas de duración que hicimos por Oriente Medio, recorriendo especialmente Siria (antes de la guerra de 2011, cuando era un pais fantástico y seguro), Jordania y Chipre (y una breve incursión a Líbano para visitar las ruinas romanas de Baalbek).

El día anterior habíamos llegado a Ammán desde Siria, en coche con conductor que habíamos contratado allí. El conductor nos llevó a nuestro hotel en Ammán, y después de instalarnos, salimos a dar un breve paseo, más que nada para buscar un sitio donde cenar. Al día siguiente, después de desayunar, nuestro conductor jordano, Ray, estaba esperándonos en recepción a la hora acordada.

A Ray le contactamos por internet mientras preparábamos el viaje, ya que tenía buenas referencias de otros viajeros. Llegamos a un acuerdo con él para que nos sirviera de conductor durante los días que íbamos a pasar en Jordania. La verdad, fue todo un acierto, una persona muy cumplidora y simpática. Ray había estado casado con una boliviana, y había vivido años tanto en Bolivia como en EEUU, así que hablaba tanto inglés como español perfectamente. Lo mejor de todo es que el español lo hablaba con acento latino, y la verdad ver a una persona con unos rasgos tan marcadamente árabes hablando español con acento latino era realmente peculiar. Ray se partía de risa cuando se lo decíamos, era un cachondo.

Así que, después de las presentaciones, Ray nos ayudó a meter nuestro equipaje en su coche, y pusimos rumbo a la primera parada del día, las ruinas de la ciudad romana de Jerash, a apenas 45 minutos de Ammán (unos 50 km). Después nos llevaría al mar muerto, donde nos daríamos un bañito, para acabar el día en nuestro hotel junto a la mítica ciudad de Petra.

Recomendaciones importantes

  • Como siempre, madrugar es el mejor truco posible para ver el sitio con la menor cantidad posible de gente. También tiene que estar muy bonito con la luz del atardecer, aunque eso nosotros no lo vimos.
  • Nosotro estuvimos en Agosto y, como era previsible, hizo bastante calor. Importante llevar agua y sombrero. Para el agua, cuando estuvimos nosotros había algún vendedor ambulante de bebidas frias. Yo le compré una coca cola helada a un vendedor en el templo de Artemisa, que es posiblemente la más buena que he tomado en mi vida.
  • Cuenta con unas dos horas o dos horas y media para verlo todo y hacer fotos.

Esta ciudad es una de las mejor conservadas del mundo romano. De hecho, tras Pompeya (ver artículo aquí) y Herculano (ver artículo aquí), está considerada por muchos la tercera ciudad mejor conservada de la civilización romana. En verano abre de 8:00 a 18:30, y el precio es de 10 JOD (unos 13 euros), aunque para más información, podéis consultar aquí.

Hay una razón para que esté tan bien conservada, y es que esta ciudad no ha sufrido grandes guerras ni saqueos. En el siglo VIII sufrió un terremoto que causó grandes daños e hizo que al final se acabara abandonando. Entonces, el clima seco y desértico de la zona hizo el resto, cubriendo de arena gran parte de la ciudad y preservándola hasta nuestros días, de forma similar a como pasó con muchos templos egipcios.

Una vez allí, Ray nos dejó en la puerta y quedamos con él en ese mismo sitio un par de horas después. Abajo podéis ver un plano de las ruinas para situaros. Nada más entrar, lo primero que te encuentras es el espectacular arco de Adriano (foto de abajo a la izquierda), construído en el año 129 d.C. para conmemorar la visita del emperador a la ciudad. Continuas caminando y llegas a la puerta sur, y nada más traspasarla, ya estás en el foro en forma de plaza ovalada. Las otras fotos son de esta plaza, única en el mundo romano, y centro neurálgico y comercial de la ciudad.

.

Desde esa plaza ovalada sale la calle de las columnas, la calle principal y más monumental de la ciudad, que lleva hasta la salida norte de la ciudad. Tiene unos 600 metros de largo y está flanqueada de numeros edificios y casas. Recorrerla lentamente, observando cada detalle, fue una auténtica pasada. Además, estábamos casi solos, había muy poca gente visitando la ciudad.

Abajo a la izquierda, la entrada monumental a la calle de las columnas. La otra foto, la fachada de uno de los imponentes edificios que están en dicha calle.

Esta ciudad se llamaba originalmente Gerasa, y era una de las diez ciudades que formaban la decápolis, una confederación de ciudades de Oriente Medio entre las que también estaba Damasco, por ejemplo. Por su estado de conservación se le ha llamado la Pompeya de Oriente Medio, y es el segundo sitio turístico más visitado de Jordania, después por supuesto de Petra, la capital nabatea esculpida en piedra.

Abajo a la izquierda, el ninfeo. Una fuente monumental que seguramente en su época de esplendor estaba recubierta de mármol. En las otras fotos, edificios de la calle de las columnas, el cardo maximus.

Abajo a la izquierda, la puerta sur de la ciudad, y a la derecha, las ruinas del templo de Artemisa, del que aún subsisten las columnas en pie. Nosotros fuimos en Agosto, y como podéis imaginar, hacía bastante calor. En el interior de las ruinas hay algún vendedor ambulante de bebidas frias, que la verdad es que nos vino genial. En las dos siguientes fotos, junto al teatro grande, el templo de Zeus, el mejor conservado de la ciudad.

En las fotos de abajo, en el teatro grande, que como se puede ver está muy bien conservado. Es el más moderno de la ciudad, fue construído en el año 192 d.C.

Desde allí fuimos al otro teatro, el pequeño, recorriendo de nuevo la calle de las columnas con sus grandiosos edificios congelados en el tiempo.

Abajo, en el teatro pequeño, más antiguo ya que fue construído en el año 90 d.C.

Y una vez acabada la visita, volvimos a encontrarnos con Ray, que nos estaba esperando en la entrada, y pusimos rumbo a nuestro próximo destino, el mar Muerto.


Volver a Inicio