
Oplontis y Herculano
Fecha del viaje: Abril de 2023
Esta excursión forma parte de un viaje de seis días que realizamos por la región de Campania, en Italia, en la Semana Santa de 2023. Esa noche habíamos dormido en Agerola, un pueblo situado en lo alto de la escarpada costa amalfitana, y desde allí pusimos rumbo a Herculano (una hora de viaje en total).
Antes de eso, hicimos una parada en las ruinas de Oplontis, ya que nos pillaba de paso. Estas ruinas son muy poco conocidas, ya que están completamente eclipsadas por las de Herculano y sobre todo, por las de Pompeya. Oplontis, al contrario que estas dos, no es una ciudad, sino una lujosa villa, llamada Villa Poppea, que al igual que Herculano y Pompeya resultó sepultada por la lava de la erupción del Vesubio.
Si estuvieran en cualquier otro pais, serían una atracción turística de primer orden, uno de los hitos monumentales más importantes del pais, sino el que más, pero al estar donde están, pues realmente no va mucha gente. Y debió ser una villa realmente lujosa, ya que perteneció al parecer a Poppea Sabina, la segunda esposa del emperador Nerón.
Estas ruinas se ven rápido, en cosa de unos 40 minutos, una hora como máximo. Lo malo es que no tienen aparcamiento propio, y hay que dejar el coche en alguna de las calles circundantes. Por suerte, no fue difícil encontrar sitio. Después, fuimos a Herculano, que está a 20 minutos de distancia, y ahí pasamos el resto de la mañana.
Recomendaciones importantes
- Las ruinas de Oplontis, debido a la cercanía de Herculano y sobre todo Pompeya, son muy poco visitadas. Solo por eso merece la pena ir a verlas, ya que en las otras vamos a estar mucho más acompañados.
- Para visitar Herculano mejor sacar las entradas antes en su web. Nosotros tuvimos que esperar 15 minutos de cola, y en verano posiblemente sea mucho peor.
- Calculad entre 2:30 y 3 horas para ver la ciudad, y dentro no hay donde comer (en Pompeya en cambio sí lo hay). Tenedlo en cuenta para planificar vuestra visita y que no os de la hora de comer en plena visita.
Abajo, diferentes fotos en las ruinas de la villa de Poppea. El horario de este sitio es de 9:00 a 17:00 (cierra los Jueves) y el precio es de 8 euros (niños gratis). Podéis ver más información en la web oficial (que también es la de Pompeya), aquí. Realmente no veo necesario sacar las entradas con antelación, porque no debe ser un sitio muy visitado. Nosotros lo vimos solos, sin nadie más.
En la primera foto, en la que bajamos por una rampa hacia la villa, se puede uno hacer una idea de la cantidad de ceniza que cayó proveniente del volcán, viendo la diferencia entre el nivel del suelo actual (donde está la taquila y la entrada a las ruinas), y el suelo sobre el que asienta la villa, unos 10 metros más abajo, que era el que había antes de la erupción del volcán. Es increíble el volumen de material que ha habido que sacar para devolver a la vida estas antiguas ruinas.
Esta villa, junto con las ruinas de Herculano y Pompeya, fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1997. Fueron descubiertas en el siglo XVIII durante la construcción de un canal, y desde entonces han sido excavadas hasta llegar al nivel actual. Se piensa que era una villa de recreo donde vivia Poppea Sabina cuando estaba fuera de Roma.
Si Poppea Sabina levantara la cabeza y nos viera a los tres, deambular tranquilamente por su casa, admirando cada detalle... Era un lujo poder visitar este sitio increíble y tenerlo para nosotros solos. Como se puede ver en las fotos, tiene gran cantidad de frescos perfectamente conservados.
Una vez vistas estas ruinas, pusimos rumbo a Herculano. Está muy bien organizado, y hay un amplio parking donde dejar el coche. En la taquilla tuvimos que hacer cola durante 15 minutos aproximadamente. Aquí, al contrario que en Oplontis, sí que puede ser buena idea llevarlas sacadas previamente en su web. El precio es de 16 euros por adulto, niños gratis, y el horario en verano es de 8:30 a 19.30. Podéis consultar más información y comprar las entradas en la web oficial. Si en Oplontis estuvimos unos 40 minutos, la visita a Herculano fue de casi 3 horas, para que os hagáis una idea.
Una vez entras al recinto, estás en una especie de terraza-mirador desde donde tienes una perspectiva general de la ciudad que vas a visitar, es bastante espectacular. Nosotros entramos a la ciudad por un puente metálico que salvaba el foso que habia entre la terraza y la ciudad, y salimos por la zona inferior, la llamada zona sacra, que te lleva a la salida por un túnel. Se puede hacer al revés también, de hecho mucha gente lo hacía al contrario que nosotros.
Abajo a la izquierda podéis ver el puente por donde entramos a la ciudad, que como digo también es de salida si hacéis el circuito a la inversa. A la derecha, una perspectiva general de la ciudad, con el volcán Vesubio al fondo. En esta foto se puede uno hacer una idea del volumen de cenizas que enterró la ciudad, y que ha tenido que ser retirado para devolverla a la luz. El nuevo suelo está unos 15 metros más alto que en la época anterior a la erupción.
En las fotos de abajo, en el fondo de ese foso. Es la zona por la que salimos y terminamos la visita, y había gente que la empezaba por aquí. En la foto de la izquierda se puede ver mejor lo que decía antes, el enorme muro de tierra (cenizas volcánicas) que marca el nivel de todo el material que se depositó y enterró la ciudad.
Pero lo mejor de todo, es que antes de la erupción, donde ahora está ese muro de tierra... ¡Estaba el mar! Así es, esa zona era la playa, y las naves abiertas que se ven a la derecha era donde se guardaban las barcas y aparejos de pesca. Ahora, como puede verse, están llenas de esqueletos, que pertenecen a todos los ciudadanos que corrieron a refugiarse allí en el momento de la erupción (pensando que junto a la playa estaban a salvo), y allí acabaron muriendo. Ahora el mar está unos centenares de metros más lejos.
Abajo, fotos paseando por la ciudad y disfrutando de esas espectaculares ruinas, que te permiten imaginar con gran detalle como era la vida diaria en una ciudad romana (increiblemente, no muy diferente de la vida en cualquier pueblo del siglo XIX, 2000 años más tarde). Con la entrada, te dan un folleto donde viene explicado qué es cada casa en la que puedes entrar, ya que todas ellas van numeradas.
Las dos fotos de abajo, a la izquierda en un "termopolium", que viene a ser como una taberna. Tanto Herculano como Pompeya están llenos de este tipo de establecimientos, que funcionaban como los bares de hoy en dia. Además de bebidas, servían comidas calientes (de ahí su nombre) que estaban en las tinajas incrustadas en la barra. Lo que no se es cómo harían para limpiarlas... si es que lo hacían alguna vez.
La foto de la derecha es una fuente pública. En las ciudades romanas estaban en gran parte de los cruces de calles. Sobre todo en Pompeya se ven muchas. En la planificación de una ciudad romana, lo primero que se tenía en cuenta es que tuviera un suministro de agua corriente, para lo cual se construían uno o más acueductos que traían el agua desde manantiales situados a veces a docenas de km. Ese agua, luego se distribuía mediante un sistema de tuberías por toda la ciudad, abasteciendo las letrinas, los baños públicos, determinadas casas privadas, y por supuesto una densa red de fuentes públicas como esta, donde la gente podía abastecerse.
Un adelanto como éste, una ciudad como Madrid por ejemplo no lo tuvo hasta el año 1858, cuando se inauguró el canal de Isabel II y el agua del rio Lozoya llegó a la fuente de la calle San Bernardo. Es increible que el grado de avance que tenían los romanos en cualquiera de sus ciudades de provincias (no digamos en Roma), una vez desaparecido el imperio romano no volviese a ser habitual hasta 2000 años después.
Abajo a la izquierda, la entrada de una casa en la que se ha conservado parte de la estructura original de madera, aunque bastante chamuscada. Hay que tener en cuenta que esta ciudad fue enterrada en ceniza que estaba muy muy caliente. A la derecha, frescos conservados en una de las casas.
Abajo, fotos del interior de varias casas muy bien conservadas. En Herculano, debido al tipo de ceniza más fina que cayó, se ha conservado hasta la segunda planta de muchas de las casas, lo cual no ha pasado en Pompeya.
En la foto de arriba a la izquierda, los paneles de madera que se ven son originales, así como la mesa de mármol. Abajo, fotos en la termas que había en el centro de la ciudad. Se han conservado aún mejor que las casas, ya que el techo es de bóveda de piedra en vez de vigas de madera, y no se derrumbó.
Como se puede ver por esas fotos, están realmente bien conservadas, incluso la bañera revestida de mármol. Con un poco de imaginación, puede uno visualizar a los ciudadanos romanos charlando tranquilamente de sus asuntos mientras se relajaban con un baño caliente. Abajo, más fotos en otras casas romanas de la ciudad.
Arriba a la derecha, ya saliendo de la ciudad. Ese edificio que se ve en esa foto, encima de las naves abovedadas donde están los esqueletos, son las otras termas de la ciudad, las llamadas termas suburbanas. Como puede verse en esta imagen exterior, se han conservado íntegramente, y es el edificio termal mejor conservado del imperio romano. Lamentablemente, suele estar cerrado al público. Debe ser espectacular.
Una vez acabada la visita era ya muy tarde, y aunque hay varios restaurantes en las proximidades, solo nos daban de comer en una pizzería junto al aparcamiento de las ruinas. Menos mal porque teníamos un hambre increíble. Al final, con unas cuantas pizzas, acabamos comiendo bastante bien.
Ya comidos, fuimos a instalarnos en el hotel que teníamos para las dos noches siguientes, Villa Durante, situado a sólo 1 km de las ruinas de Herculano. Se trata de un antiguo palacio barroco en el que parte del edificio se ha reconvertido como hotel, y otra parte al parecer son viviendas privadas. El sitio es bastante bonito, con un cierto aire decadente muy italiano. Se puede meter el coche en el patio interior.
Puedes dejar el coche cómodamente en el patio interior, y subir por la escalera que se ve en la foto hacia la recepción, que está situada en una habitación de época con una gran lámpara de araña. Abajo, una foto de la entrada a nuestra habitación, y desayunando al día siguiente, en uno de los salones del palacio. El desayuno fenomenal, con zumo de naranja natural, y además te hacen unos huevos fritos o tortilla si quieres.
El link del hotel en booking lo podéis ver aquí. Cuando fuimos nosotros, cada noche nos costó 130 euros. Ahora para una fecha similar en 2025, el precio está en 176 euros. En ambos casos incluye desayuno.
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