
Pompeya
Fecha del viaje: Abril de 2023
Esta excursión forma parte de un viaje de seis días que realizamos por la región de Campania, en Italia, en la Semana Santa de 2023. Esa noche habíamos dormido muy cerca de las ruinas de Herculano (podéis ver el artículo sobre esa visita aquí), y desde allí pusimos rumbo después de desayunar a Pompeya. Apenas hay unos 17 o 18 minutos de un sitio a otro.
Pompeya está bien organizado, incluso tiene una estación de tren al lado por si no tienes coche. Al llegar, dejamos el coche en el aparcamiento en superficie que hay junto a las ruinas, sin problema ninguno. Habíamos sacado las entradas previamente por internet en la web oficial por si acaso, ya que es un monumento muy visitado (Tiene un límite de 20.000 visitas diarias). Podéis consultarlo y comprarlas en la web oficial, aquí. Hay varias posiblidades, desde la entrada reducida por 18 euros que solo incluye el recinto intramuros de Pompeya, a la normal (la que recomiendo, por 22 euros) que incluye las villas sub-urbanas, que son tan espectaculares como la propia Pompeya. También hay una entrada válida por tres días que sale por 26 euros. Y los niños son gratis.
En cuanto al horario, del 1 de Abril al 31 de octubre el recinto abre de 9:00 a 19:00. El resto del año, de 9:00 a 17:00.
Recomendaciones importantes
- El recinto de la ciudad es bastante grande, contad al menos 5 horas. Nosotros estuvimos 7 horas. Lo bueno es que hay una cafetería para comer en el interior, junto al foro.
- Como en todos los monumentos icónicos, lo mejor sin duda es madrugar y estar allí a la hora de apertura, especialmente si vamos en temporada alta. La experiencia será mejor al haber menos gente.
- Muy importante acceder a las ruinas con un plano (en la propia entrada os darán uno que está muy bien, o puedes descargarlo en la web oficial). La ciudad es muy grande y hay mucho que ver, con un plano puedes organizarte para ir viendo las principales cosas de cada sector, sino corres el riesgo de ir continuamente de un lado a otro como pollo sin cabeza.
- En verano importante llevar una botella de agua, que puedes ir llenando en las diferentes fuentes que hay repartidas por la ciudad.
Con la entrada te dan un planito que resulta muy útil, ya que la ciudad es bastante grande, mucho más que Herculano, y tener un mapilla para orientarte y organizarte la visita, más que útil, es casi imprescindible. También en la página web oficial que puse antes, te puedes descargar un plano muy bueno en formato pdf. Lo puedes ver convertido a jpg aquí abajo.
Pompeya, al igual que Herculano y algunas otras villas de la zona, fueron sepultadas por la erupción del volcán Vesubio en el año 79 d.C. Su excavación empezó en el siglo XVIII, bajo el patrocinio del entonces rey de Nápoles, que algún tiempo después se convirtió en rey de España bajo el nombre de Carlos III.
Durante todo este tiempo, la ciudad ha sido excavada hasta dejarla en el estado actual, en el que puedes pasear por sus calles y entrar en sus casas, como si no hubiese pasado el tiempo. Por su increíble valor, esta ciudad, junto a Herculano y Oplontis, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997.
Antes de la erupción del Vesubio en el 79 d.C., los habitantes de Pompeya tenían una forma muy particular de expresarse: escribían mensajes en las paredes de la ciudad. Se han encontrado miles de grafitis en casas, tabernas y edificios públicos, y muchos de ellos son sorprendentemente parecidos a lo que veríamos hoy en día en redes sociales o baños públicos.
Ejemplos de grafitis encontrados en Pompeya serían:
- "Amo a Sabina, y ojalá ella me ame también."
- "Rómula, aquí dejaste tu huella. Espero que vuelvas."
- "Bebí mucho vino y ahora no puedo escribir."
- "Hicimos el amor en este lugar, con placer y alegría."
- "Vota por Lucius Popidius Sabinus para edil. Es un buen hombre."
- "Se vende una casa cerca del foro, bien iluminada."
Estos grafitis muestran que, aunque vivieron hace casi 2,000 años, los pompeyanos no eran tan diferentes a nosotros.
Nada más entrar pasas por unas primeras casas, y después de una calle que pasa por la entrada principal de la ciudad llegas al foro, que se puede ver en las fotos de abajo. Alrededor del foro hay algunos templos mejor o peor conservados. En una de las fotos se puede ver la típica imagen de Pompeya con el volcán Vesubio al fondo.
Abajo a la derecha, saliendo del foro por un arco monumental de ladrillo (que en sus días de gloria estaría revestido de mármol). Detrás del arco se ve un edificio de ladrillo que es la cafetería que hay en el interior de la ciudad. Ahí tenéis baños públicos, y podéis comprar tanto bebidas como comida. Hay mesas y sillas para sentarte a comer también. No es que sea gran cosa, pero funciona bastante bien, son rápidos atendiendo y aunque veas grandes colas, cuando yo estuve iba rápido. De comida sirven porciones de pizza, bocadillos y similares. Si quieres comer más tranquilamente y con mejor calidad, ya tendrías que ir a los restaurantes que hay fuera de las ruinas, en la zona del parking.
En cuanto a la disponibilidad de agua (especialmente si vas en verano), no es problema, ya que como se ve en la foto de abajo a la izquierda y las dos siguientes, las ciudades romanas tenían cantidad de fuentes públicas, casi en cada cruce de calles había una. Algunas de ellas han sido habilitadas y siguen funcionando como hace 2000 años. Posiblemente sean las fuentes más antiguas del mundo aún en funcionamiento.
Abajo, un par de fotos en la llamada "casa del fauno", llamada así por la escultura de bronce de un fauno danzante que se encontró presidiendo un "impluvium", una especie de fuente ornamental situada en el atrio principal de la villa.
A la derecha se puede ver el que es el mosaico más famoso de Pompeya, con una representación de Alejandro Magno y el rey persa Dario III en la batalla de Issos. Es una copia, el original está en el museo arqueológico de Nápoles. Abajo se puede ver una representación de este mosaico que se ve mejor que en la foto sacada en Pompeya.
Paseando por Pompeya... Como decía, la ciudad es bastante grande, está dividida en barrios. Como comparación, en Herculano estuvimos unas dos horas y media y la vimos entera. En Pompeya estuvimos unas siete horas para verla entera (incluyendo la parada de unos 40 o 50 minutos para comer en la cafetería que hay junto al foro).
Naturalmente, se puede entrar en muchas de las casas, y admirar algunos de los mejores frescos que se conservan de época romana. En las fotos de abajo, los más espectaculares están sin duda en la villa de los misterios, una de las villas sub-urbanas situada fuera de la ciudad.
Otra casa muy espectacular es la villa de Sirico. El nombre Sirico se ha identificado a partir de inscripciones encontradas en la casa. Se cree que pudo haber sido un comerciante rico o un liberto (antiguo esclavo liberado) que prosperó económicamente. En la entrada hay un mosaico con la inscripción "Salve, lucrum", que se traduce como "Bienvenida, riqueza".
Estas fotos de abajo son en la villa de Menandro (llamada así por que en su interior hay un fresco que representa al poeta griego Menandro).
Abajo, una de las cosas más curiosas e impactantes de Pompeya son los moldes de cadáveres realizados en yeso. Estas personas, al morir, sus cuerpos fueron cubiertos por las cenizas y piedra pómez que llegaron a Pompeya desde el Vesubio. Esos materiales se solidificaron, y con el paso del tiempo los cuerpos se descompusieron, dejando un molde vacio en el interior de la masa comprimida de cenizas. En el siglo XIX, el arqueólogo Giuseppe Fiorelli, desarrolló una técnica para llenar esos huecos con yeso, creando moldes exactos de las víctimas en el momento de su muerte.
Hay varios lugares donde están expuestos. En la villa de los misterios se pueden ver un par de ellos. Hay otro, llamado el "jardín de los fugitivos" donde hay una muestra mayor.
Abajo, las dos primeras fotos son en el teatro grande, y las dos siguientes en el teatro pequeño. El teatro grande tenía espacio para unas 5000 personas, y el pequeño solo para 1500. Estaba pensado para recitales de poesía y actos más exclusivos.
En el teatro pequeño no se puede acceder a la grada, por eso en las fotos no se ve a nadie. La parte de la orchesta del teagro grande (el escenario) está bastante mal conservado, y eso puede ser debido a que antes de la erupción del año 79, algun tiempo antes, en el año 62 d.C, la ciudad sufrió un importante terremoto que afectó a muchos edificios. Muchos de ellos aún estaban reconstruyéndose cuando tuvo lugar la erupción del volcán.
Abajo, más fotos en el interior de algunas de las casas de Pompeya. Las tres primeras son de una lujosa villa llamada "casa del Efebo", donde se encontraron los restos de un gran diván que fue reconstruído. Aún es posible imaginarse a los ricos habitantes de la casa, tumbados en el diván mientras charlan y rien, y sus esclavos les sirven toda clase de bebidas y alimentos.
Después viene una foto en la casa de Menandro, otra en la casa de la caza antigua (así llamada por un fresco que representa una escena de caza), otra en la casa del oso (por un mosaico en el suelo representando un oso), otra en la casa de la venus en el espejo y casa de los vittii. Hay una multitud de casas en las que podéis entrar y asombraros. Acostumbrado a las ruinas romanas típicas que se pueden encontrar en España, en las que suele haber poco más que los cimientos de las casas, esto es como otro mundo.
No podía faltar, al igual que en Herculano, la visita a las termas de la ciudad. Estas son las termas Stabianas, llamadas así por el nombre de la calle donde estaban. Son las más grandes de Pompeya. El techo, al ser abovedado de piedra, resistió en pie la violencia de la erupción.
Y algo que no había en Herculano... el lupanar, o burdel. Situado muy céntrico, para que estuviera a mano para cualquier ciudadano. Es un sitio pequeño, con unas cinco habitaciones muy pequeñas que tienen una cama de piedra cada una (en su época, habría un colchón o cojines, posiblemente), y sobre la puerta de cada habitación, un fresco con motivos eróticos.
De camino al anfiteatro, situado a las afueras de la ciudad, pasamos junto a la muralla de la "Palestra Grande" o Gimnasio. Abajo a la derecha, una foto de su interior. Se trata de una explanada muy grande, de unos 140 metros de lado, donde los ciudadanos de la élite de la ciudad iban a hacer ejercicios físicos. Se practicaban deportes como la lucha, la carrera, el lanzamiento de disco y la halterofilia. Estaba rodeada por un pórtico con columnas.
Y de esta manera, llegamos al anfiteatro, situado justo detrás del gimnasio. Aquí era donde se realizaban las luchas de gladiadores o de caza de animales. Construido alrededor del año 70 a.C., es el más antiguo conservado, es incluso anterior al famoso Coliseo de Roma. Tenía una capacidad aproximada de 20,000 espectadores.
Como curiosidad, en el año 59 d.C., el anfiteatro fue escenario de una violenta pelea entre los habitantes de Pompeya y la ciudad vecina de Nuceria durante un espectáculo de gladiadores. Los habitantes de Nuceria recurrieron al emperador, y Nerón castigó a Pompeya prohibiendo los juegos en el anfiteatro durante 10 años.
Ya se aproximaba la hora de cierre. Desde el anfiteatro estamos a las afueras de Pompeya, y para ir hacia la salida hay que recorrer toda la calle principal, la Vía de la Abundancia, en toda su extensión, desde el anfiteatro hasta el foro. Volvimos a pasar por algunos de los sitios que recorrimos durante el día. Esta calle es magnífica, y la verdad es que no cuesta nada imaginar como sería un día normal en la vida de Pompeya hace 2000 años.
Una vez de vuelta en el foro, ya cerca de la salida, antes de abandonar esta maravillosa ciudad entramos en el santuario de Apolo, el templo más antiguo de la ciudad. Está presidido por una estatua de Apolo que se encontró durante la excavación. Con el tiempo, el culto a Júpiter acabó siendo más importante, que tiene su propio templo en el centro del foro.
Y aquí acabó nuestra intensa y larga visita a Pompeya. Inés aguantó perfectamente las siete horas que duró. La verdad es que yo habría estado incluso alguna hora más, para todo el que sienta fascinación por la civilización romana, éste es un sitio para echar el día completo desde que abren hasta que te saquen a empujones por pesado. Sin duda, junto a Herculano, el mejor sitio del mundo para poder hacerse una idea bastante realista de lo que era una ciudad romana.
Si buscamos cual sería la tercera ciudad romana mejor conservada del mundo (no por edificios monumentales aislados, que entonces sería Roma, sino por conservación del tejido urbano) yo diría que el premio sería para Jerash, en Jordania (ver artículo aquí), pero aún siendo espectacular, no se puede comparar a Pompeya o Herculano.
Y desde aquí, cogimos el coche y fuimos al aeropuerto de Nápoles. Nuestro viaje de seis días a la Campania italiana tocaba a su fin de la mejor manera posible.
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