Los viajes de Hyparco
Logo

Trujillo


Fecha del viaje: Diciembre de 2022

En Diciembre de 2022 hicimos un viaje corto a Extremadura, íbamos a pasar dos noches en Mérida. De camino, hicimos una parada en Trujillo, donde paramos a desayunar y estuvimos hasta la hora de comer. En total, algo más de tres horas, que dieron para bastante.

Recomendaciones importantes

  • En la plaza hay buenos sitios donde comer o simplemente tomar algo en un entorno realmente bello.
  • Lo mejor que se puede hacer en Trujillo es simplemente pasear sin rumbo por las callejuelas del centro histórico, que tiene un tejido urbano muy bien conservado, y es como viajar en el tiempo.
  • Las mejores vistas para mi gusto se obtienen desde lo alto de los dos campanarios de la iglesia de Santa María, en la parte superior de la ciudad.

Como siempre hacemos en estos viajes cortos por España, el día de salida madrugamos bastante, para aprovechar al máximo el día. Especialmente en un mes como Diciembre, que anochece tan temprano. Preferimos eso a salir el Viernes por la tarde y tener que hacer todo el viaje de noche para pagar una noche más de hotel sin realmente aprovecharla.

De esta manera, sobre las 10:00 ya estábamos aparcando en Trujillo. Inés fue dormida todo el tiempo en el coche, y se despertó con bastante hambre. Dejamos el coche junto a la carretera principal y fuimos caminando hacia la preciosa plaza Mayor de Trujillo. En la plaza hay algunos bares/restaurantes donde se puede desayunar/comer/cenar por un buen precio y en un entorno espectacular.

Elegimos una de las terrazas de la flamante plaza Mayor (cubiertas, por ser Diciembre) y desayunamos fenomenal, unas buenas tostadas con tomate y jamón (estando en Extremadura, hay que apostar por el jamón, no te equivocarás). Después, salimos a disfrutar de la belleza de esta plaza. Que ya no es sólo que sea bonita, sino también original, no hay otra parecida en España.

Presidiendo la plaza, el centro de todas las miradas, sin duda la estatua ecuestre de Francisco Pizarro. Esta escultura fue realizada por el artista estadounidense Charles Rumsey en los años 20 del siglo XX, y ocupa ese lugar prominente en la plaza Mayor de Trujillo desde 1929 (A fin de cuentas, es la ciudad que vio nacer al conquistador del Perú, Francisco Pizarro)

Otro edificio que destaca claramente en la plaza es la iglesia de San Martín, que una vez habíamos disfrutado un rato de la contemplación de la plaza, es lo siguiente que fuimos a ver.

La iglesia comenzó a construirse en el siglo XIV, en estilo gótico, y su construcción se prolongó durante los siglos XV y XVI. Por este motivo, el edificio también incorpora elementos del estilo renacentista, típico de la época de su finalización.

Como se puede ver en las fotos exteriores, la iglesia tiene una apariencia sólida y austera, característica del gótico tardío. Francisco Pizarro y otros conquistadores probablemente asistieron a ceremonias religiosas en esta iglesia antes de emprender sus expediciones.

Una vez salimos de la iglesia, fuimos caminando hacia el otro extremo de la plaza, con intención de ir subiendo hacia el castillo. En la foto de abajo a la izquierda se ve al final de las arcadas de piedra la calle por donde empezamos la subida.

En la foto de la derecha, Inés junto a una escultura de una persona que parece un religioso. La escultura realmente representa a Fray Jerónimo de Loayza, un fraile dominico nacido en Trujillo. Fue el primer arzobispo de Lima y desempeñó un papel crucial en la organización de la iglesia católica en América tras la conquista.

Según vamos ganando altura, las vistas son cada vez mejores. En la parte alta de Trujillo está la otra iglesia importante de la ciudad, la de Santa María la Mayor, que fue lo siguiente que visitamos.

Se construyó sobre los restos de una iglesia visigoda, que luego fue reutilizada como mezquita durante el dominio musulmán. Tras la Reconquista cristiana, comenzó su edificación actual en el siglo XIII, en estilo románico tardío. Durante los siglos XV y XVI, sufrió modificaciones y ampliaciones, lo que le dio su aspecto actual, una mezcla de estilos gótico y renacentista.

Esta iglesia nos gustó más que la anterior, es sin duda más espectacular (no en vano fue declarada monumento nacional en 1943). Además se puede subir a sus dos campanarios, desde donde se tienen las mejores vistas de Trujillo. Una de las torres, la que se ve en las fotos (sacadas desde la otra torre), es el campanario en principio más antiguo, de claro aspecto románico. Sufrió muchos daños en los terremotos de 1521 y 1755, de tal manera que tuvo que ser demolido en 1871. A fines del siglo XX se decidió reconstruirlo, siguiendo fielmente grabados y fotografías de época.

Y ahora, fotos en el campanario románico reconstruído...

Abajo, dos fotos panorámicas de Trujillo sacadas desde este campanario románico. A la izquierda podemos ver la plaza Mayor con todos los palacios y edificios que la rodean. A la derecha, el palacio de Lorenzana, en el que hoy día se ubica la Academia de las Artes y las Letras de Extremadura. Y al fondo, el castillo.

Otra vista más cercana del castillo, fortaleza árabe en sus orígenes construída entre los siglos IX y XII. Al bajar de la torre, visitamos la parte superior de la iglesia, desde donde hay buenas vistas de la nave gótica.

Ya no subimos hasta el castillo, se nos había hecho tarde. Desde la iglesia de Santa María fuimos bajando hasta la plaza Mayor, y de ahí abajo del todo en busca de nuestro coche. A parte de los principales monumentos de Trujillo, una de las mejores cosas de esta ciudad es simplemente pasear por su centro histórico. Hay ciudades que tienen grandes monumentos, pero están repartidos en un tejido urbano que se ha conservado muy mal, que ha perdido casi todo el encanto de los tiempos antiguos.

No es el caso de Trujillo, en la que, simplemente dejándote llevar, perdiéndote por sus callejuelas, te sientes transportado en el tiempo. A cada esquina te vas a encontrar una mansión o casona de los siglos XVI o XVII (la edad de oro de la ciudad, cuna de grandes conquistadores que acababan volviendo a su ciudad de origen con grandes fortunas, que gastaban en construirse espléndidos palacios).

Desde aquí continuamos nuestro viaje hacia Mérida, situada a 50 minutos de distancia, donde llegaríamos ya para comer y pasaríamos el resto del viaje. Podéis leer el artículo de nuestra estancia en la ciudad romana de Emérita Augusta aquí.


Volver a Inicio