
Bangkok
Fecha del viaje: Julio de 2024
Este último verano por fin hicimos el viaje que llevábamos años esperando: Tres semanas recorriendo el sudeste asiático, especialmente Tailandia. De esta manera, a principios de Julio cogimo un vuelo con Emirates que nos llevó hasta Bangkok con escala en Dubai. La vuelta, tres semanas después, sería desde Kuala Lumpur. Este vuelo nos salió en total por 2411 euros los tres pasajes. El recorrido entre estas dos ciudades, usando todo tipo de medios de transporte, iba a ser una auténtica aventura.
Llegamos a Bangkok como a las 13:30 (hora local). Fuimos a por el equipaje, y allí mismo, donde se recoge el equipaje, pudimos hacer de forma fácil y rápida las dos gestiones que teníamos pensadas: Cambiar dinero, y comprar una tarjeta SIM para uno de los móviles (700 baht, unos 19 euros, para 15 días sin límite de datos), y poder estar conectados durante todo el viaje. Con el móvil al que le pusimos la tarjeta, solo teníamos que compartir la wifi, y teníamos conexión en el resto de móviles. Funcionaba bastante bien. La verdad es que el viaje empezaba bien, todo muy sencillo.
Recomendaciones importantes
- Las terrazas (hay varias) que hay en la orilla opuesta al Wat Arun son un sitio estupendo para tomarse algo relajadamente contemplando la puesta de sol sobre el templo. Mucho mejor si reservais mesa, ya sea por email, o de un día para otro yendo personalmente.
- El Palacio Real. Interesante y bonita visita en Bangkok. Atencíon a este consejo, por que es clave para que la experiencia sea la mejor posible: Abre sus puertas a las 8:30. Estad en la puerta no más tarde de las 8:15, y disfutaréis de media hora en el recinto con muy poca gente. A partir de las 9:30 aproximadamente se peta, hasta extremos incluso molestos.
- El templo Wat Pho, especialmente el recinto del Buda reclinado es otro sitio que se llena mucho, y al que también conviene ir justo cuando abren, o a lo mejor justo antes de que cierren (no se que será mejor).
- Un fantástico sitio donde acabar un intenso día de turismo en Bangkok al atardecer es el templo Wat Saket, situado en una colina artificial, y con fantásticas vistas.
- El templo Wat Arun, el único de los principales en la orilla izquierda del Chao Phraya, es otro imprescindible de la ciudad. Aunque ya no se puede subir arriba del todo, desde el primer nivel hay buenas vistas.
Día 1
La siguiente fase era llegar hasta el hotel. Eso lo habíamos hablado con nuestro alojamiento, y ellos se ofrecieron a enviarnos un conductor a un precio bastante bueno, 550 baht (unos 14 - 15 euros). Como habíamos quedado, el conductor estaba esperándonos en la salida del aeropuerto con un cartel con mi nombre. Estaba siendo todo más fácil que cuando hemos viajado por Europa.
Y tranquilamente, con el aire acondicionado puesto, nos llevaron hasta nuestro hotel, que está en el centro de la ciudad, pero en la orilla izquierda del rio Chao Phraya. El tráfico en Bangkok es infernal, el viaje se hizo un poco largo. Debimos de tardar como una hora o incluso un poco más en llegar al hotel.
Al llegar, el alojamiento es como lo habíamos imaginado, bastante fiel a las fotos. No es un hotel moderno al uso, es más bien como una casa de huéspedes antigua. El casco histórico de Bangkok está casi todo en la orilla derecha del rio, salvo el templo Wat Arun, que está en la orilla izquierda. En esta orilla izquierda hay un barrio muy chulo de casas bajas tradicionales, que se ha conservado muy bien. Nuestro alojamiento era una de esas casas, a 2 minutos del templo Wat Arun.
Nos costó 93 euros por las dos noches, una habitación bastante grande y bonita. Sin desayuno, por que no servían comidas, era como decía, una especie de casa de huéspedes. Lo habíamos reservado por booking, y podéis ver el link aquí. La persona que lo llevaba era muy simpática, siempre sonriente, como casi todo el mundo en Tailandia.
Subimos a la habitación, que ya tenía el aire acondicionado puesto, afortunadamente, y nos dejamos caer durante un momento en la cama. El viaje había sido largo y agotador. La que más fresca estaba era Inés, que había dormido a pierna suelta durante gran parte del vuelo.
Después de un poco de descanso, pero solo un poco, por que si me quedo dormido ya no me levanta nadie hasta el día siguiente, salimos a la calle, dispuestos a pasar la tarde descubriendo Bangkok.
Abajo, un par de fotos de nuestro alojamiento.
Ya en la calle, el contraste con todo lo que conocíamos era brutal. Inés flipaba, era como otro mundo, pero le gustaba, le llamaba la atención. Paseamos un poco por las calles de ese barrio anclado en el tiempo, los scooters pasan de un lado a otro constantemente. Callejeamos en dirección al rio, del cual estábamos al lado, y una de esas calles nos llevó hasta el embarcadero desde donde salen los barcos que lo cruzan constantemente, no tiene pérdida.
Ya era tarde para visitar el templo Wat Arun, que cierra a las 18:00, y formaba parte de nuestro plan inicial, verlo el día de llegada. Así que decidimos cruzar el rio y pasear un poco por las inmediaciones del Palacio Real y el templo del buda reclinado (Wat Pho), acabando la tarde en una de las terrazas que hay junto al rio para ver la puesta de sol.
Cruzar el rio es muy sencillo y barato. El precio, 5 baht por persona (14 céntimos de euro). Los barcos están constantemente yendo y viniendo, así que solo tienes que pasar al embarcadero y esperar que llegue el siguiente, como si fuese un bus.
Abajo, fotos sacadas desde el embarcadero, antes de cruzar el rio. En la primera se pueden ver los tejados del Palacio Real y el templo Wat Pho.
Y fotos una vez cruzado el rio hasta la orilla opuesta, desde donde había fantásticas vistas del templo Wat Arun, al lado de donde estaba nuestro alojamiento. En la primera de ellas se ve el embarcadero desde el que habíamos salido minutos antes. Dimos un paseo hasta la entrada del Palacio Real, que sería lo primero que visitásemos al día siguiente, y enseguida volvimos a la ribera del rio. Estábamos cansados, y decidimos que lo mejor era tomar algo en una de las terrazas viendo la puesta de sol y luego cenar, e ir a nuestro alojamiento a descansar, que al día siguiente había que aprovecharlo a tope.
Un consejo importante si queréis ver el atardecer desde una terraza de esta orilla: Hay algunos sitios juntos con terraza, desde todos las vistas son similares, y muy bonitas, y casi todos tienen la opción de reservar con antelación una mesa en sus terrazas a esta hora del día. Nosotros nos encontramos con la situación de que casi todo estaba reservado, al final encontramos una mesa libre en uno de los restaurantes, en el cual acabamos cenando en el interior después de estar un rato tomando algo fuera en la terraza. Lo mejor sin duda es reservar.
Y unas fotos desde la terraza que estuvimos nosotros, disfrutando del atardecer mientras tomábamos un cóctel. Fue un momento realmente relajante. Nuestro gran viaje había empezado, y todo estaba yendo según lo planeado.
Por internet podréis leer que recomiendan alguna terraza en particular de esta zona. No recuerdo el nombre de la que estuvimos nosotros, pero las vistas son muy similares desde cualquiera. Una buena idea si vais a estar varios días, es que os paseis el primer día, elijáis la que más os guste, y reserveis personalmente para el día siguiente. Podéis simplemente tomar algo, o incluso cenar. Nosotros preferimos cenar dentro por que había más espacio, era más cómodo y la temperatura era mejor, más fresquita. Total, habíamos disfrutado ya de las vistas durante casi una hora.
Cuando nos metimos a cenar, ya había oscurecido y el templo estaba iluminado. Una vista realmente bonita.
Y ya sólo nos quedaba volver a nuestro hotel. En principio serían los cinco minutos que se tardan en cruzar el rio, y otros dos minutos caminando, pero una de las desventajas de alojarse en la orilla izquierda del rio es que los barcos que lo cruzan acaban el servicio a las 19:00 (el último de ellos). Así que no había otra opción que coger un tuk tuk, que tiene que dar un rodeo cruzando el rio por el primer puente hacia el norte.
A Inés le encantaba lo de montar en tuk tuk, especialmente de noche, cuando todas las lucecitas que llevaban hacían que cobrasen vida propia. No hay como un paseito por Bangkok en uno de estos cacharros antes de irse a descansar...
Sobre los gastos de esa tarde, las bebidas en la terraza nos costaron 506 baht (unos 13 euros), la cena fueron 1177 baht (unos 30 euros) y el tuk tuk de vuelta a casa, 200 baht (unos 5 euros). La última foto de la derecha, llegando a nuestro hotel, en ese tranquilo barrio perdido en el tiempo, junto al rio.
Día 2
Amanece en Bangkok... Teníamos un solo día completo para sacar todo el jugo a la ciudad. Ya contábamos con que es imposible ver todo lo que ofrece esta ciudad en un solo dia, hay que priorizar. Es una de las claves del buen viajero, saber priorizar llegado el momento, para no convertir una visita a una ciudad, que debe ser una experiencia relajante, enriquecedora... en un galope a toda prisa de un sitio a otro simplemente para tacharlos de la lista.
Lo primer es madrugar, con eso ya tienes gran parte ganado. El Palacio Real abre a las 8:30, y teníamos claro que iba a ser lo primero que íbamos a visitar, ya que según habíamos leido, es el monumento que más se llena de gente.
Habíamos llevado desde España algo de bollería, así que lo metimos en la mochila sobre todo por Inés, que en algún momento le entraría hambre (nuestro hotel, como ya comenté, no sirven desayunos, aunque sí que tienen un pequeño rincón junto a la recepción donde puedes servirte café o infusiones a discrección, junto con paquetes de galletas).
Abajo, foto en el embarcadero, a punto de cruzar el rio de buena mañana, y a la derecha, la entrada al Palacio Real, donde llegamos caminando en un corto y agradable paseo. Estábamos allí sobre las 8:15.
Después de haber visitado el palacio, puedo deciros son total seguridad que, primero, merece mucho la pena, es un sitio bonito. Y segundo, y más importante, lo mejor que podéis hacer es ir pronto, como nosotros. Antes de que abran estad ya allí.
A partir de las 9:30 o 10:00 realmente se peta de gente, si os gusta hacer fotos de los lugares que visitáis sin que salgan docenas de personas, es a primera hora cuando podréis hacerlo.
Y otra cosa, la vestimenta, que en todos sitios pone que son muy estrictos. Nosotros, precavidos por lo que habíamos leído, fuimos cumpliendo a rajatabla las normas: piernas tapadas, hombros tapados y calzado cerrado (los adultos). Pero una vez dentro, vi gente que iba con los hombros al aire, e incluso con sandalias (que con el calor que hace, se agradece).
Y ahora las fotos. Como podéis ver, a primera hora es posible hacer fotos estupendas, en las que parece que estás solo en el palacio (y realmente casi lo estás, al menos durante la primera media hora).
Abajo a la derecha, junto a la entrada del Wat Phra Kaew, el templo más sagrado de todo el palacio, donde se custodia la pequeña estatuilla del buda esmeralda, hecha de jade, y símbolo protector de Tailandia. El Buda Esmeralda es considerado tan sagrado que solo el rey de Tailandia puede tocarlo. Cambia su atuendo ceremonial tres veces al año, marcando las estaciones del país. Mide apenas 66 cm de alto, y es del siglo XV.
Esta escalinata, una hora después, era un hervidero de gente donde era imposible hacer una foto decente.
Deciros que las entradas al Palacio Real nos costaron 500 baht por adulto (Inés gratis). En total 1000 baht, que son unos 27 euros. Las entradas más caras que pagamos en Tailandia (se pueden pagar con tarjeta).
La web oficial del palacio, donde podéis comprar las entradas con antelación si queréis, es ésta. Aunque no considero que sea necesario, si seguís el principal y mejor consejo que nadie podrá daros sobre esta visita: Estad a a las 8:15 como tarde en la puerta.
Este palacio fue construido en 1782 por orden del rey Rama I, el fundador de la dinastía Chakri, cuando trasladó la capital de Tailandia a Bangkok. Hasta ese momento la capital estuvo en Ayutthaya (que también visitariamos días después), pero fue destruída por los birmanos en 1767. Durante más de 150 años, fue la residencia oficial de los reyes tailandeses y el centro administrativo del país. Aunque la monarquía ya no reside en el Palacio Real (el rey vive actualmente en el Palacio Chitralada), el recinto sigue siendo utilizado para ceremonias reales y eventos importantes.
Para los amantes de las fotos, dos malas noticias: Ni de coña te dejan meter un trípode. Se lo quedan ellos a la entrada, y te lo devuelven cuando sales (la salida está en el otro extremo, pero cuando llegas, alguien se ha ocupado de llevar tu trípode hasta allí, son bastante eficaces), y no se puede sacar fotos en el interior del Wat Phra Kaew, donde está el Buda Esmeralda.
Estuvimos como una hora, o hora y media recorriendo esta zona del palacio, paseando tranquilmente, admirando cada uno de los edificios, espectaculares hasta el más mínimo detalle.
Yendo hacia la salida, pasamos por la parte más moderna del recinto, donde está el palacio Chakri Maha Prasat Hall, construido en el siglo XIX, que puede verse en la primera foto de la izquierda. Este edificio combina la arquitectura tailandesa (en los tejados) con un estilo renacentista italiano en la parte inferior del edificio. Fue usado como residencia real y lugar para recibir dignatarios extranjeros.
Los otros edificios son el Phra Maha Monthien. Este grupo de edificios era el área donde los reyes realizaban ceremonias importantes, como coronaciones.
Y una vez acabamos la visita, lo siguiente era buscar un sitio donde comer algo, que los mayores estábamos sin desayunar. Caminamos de vuelta siguiendo el muro del Palacio Real, hasta la pequeña plaza donde hay una calle que separa el palacio del recinto del templo Wat Pho (lo siguiente que queríamos ver).
En esa plaza, muy pintoresca, con un montón de tuk tuk aparcados esperando cliente, encontramos un sitio fantástico en una calle que se dirigía hacia el rio. Más que desayunar, hicimos un desayuno-comida, estuvo realmente bien (840 baht pagamos por esa comida, unos 22 euros). De hecho, volvimos después para cenar. Abajo a la izquierda se puede ver la plaza a la que me refiero, y a la derecha, junto a la tapia del Wat Pho.
Después de comer, fuimos al Wat Pho, que estaba al lado, era apenas cruzar la calle. Este templo es donde está el famoso Buda reclinado, una gigantesca estatua de 46 metros de largo y 15 metros de alto, recubierta de pan de oro. Pero no solo es eso, es un recinto bastante amplio lleno de más templos y estupas.
Este templo ya existía antes de que Bangkok fuese declarada capital de Tailandia, y seguramente es la razón de ese nombramiento, y de que el Palacio Real se construyese justo al lado. Su fundación se remonta al siglo XVI. Sin embargo, la versión del templo que conocemos hoy fue reconstruida y ampliada significativamente por el rey Rama I, el primer monarca de la dinastía Chakri, a finales del siglo XVIII, entre 1788 y 1801.
Por suerte, es más barato que el Palacio Real. Las entradas fueron 300 baht por adulto, unos 8 euros (Inés gratis). Lo primero que fuimos a ver fue el famoso buda reclinado. Lo malo es que no éramos los únicos... Es un recinto estrecho, y se junta mucha gente, puede llegar a ser un poco agobiante. Sin duda, otro sitio al que hay que ir justo cuando abren (o quizá también, justo antes de que cierren).
Y una vez visto lo más famoso de este complejo de templos, paseamos por el resto del recinto, que es amplio y tiene más templos que ver. Incluso se podía tocar el gong, una auténtica turistada.
El Buda más destacado, aparte del Buda Reclinado, es el Buda situado en el Salón Principal (Abajo, primera foto por la izquierda). Esta estatua de Buda dorada está sobre un altar bellamente decorado y es uno de los centros espirituales más importantes del templo. Este Buda está en posición de meditación y representa un símbolo de paz y serenidad.
El complejo de Wat Pho es tan grande y rico en arte budista que es común encontrarse con varias estatuas doradas en diferentes posturas: de pie, sentado, caminando o reclinado, cada una con un significado espiritual único. En otra de las capillas encontramos un Buda erguido bastante espectacular (foto del centro). Es impresionante por su altura y por el trabajo detallado en su recubrimiento de oro.
Al fin y al cabo, Wat Pho alberga aproximadamente unas 1000 imágenes de Buda, lo que lo convierte en el templo con la mayor colección de estatuas de Buda en Tailandia.
Estuvimos en este templo más de lo que habíamos previsto. Uno va con la idea de que sólo tiene el Buda Reclinado, pero hay mucho más que ver. Y cuando salimos, tocaba hacer lo que no pudimos hacer el día anterior: visitar el templo Wat Arun. Así que fuimos hacia el rio, y cogimos el barco a la otra orilla (primera foto de abajo a la izquierda). No estaba gustando eso de cruzar el rio, ya lo hacíamos con tanta soltura que parecíamos tailandeses.
Al llegar a la orilla de enfrente, el templo está ahí mismo. Este templo abre a las 8:00 y cierra a las 18:00, y nos costó 400 baht entrar, 200 por adulto (en total, unos 11 euros). La verdad es que había bastante gente, y una cosa muy curiosa, bastantes personas, mujeres especialmente, con vestidos tradicionales y un fotógrafo profesional que las hacía fotos.
Este templo se ve rapido, ya que solo se puede subir hasta el primer nivel. Hay escaleras para subir más arriba, pero está prohibido. Posiblemente hace tiempo se podía subir más alto.
El Wat Arun, conocido como el Templo del Amanecer, es uno de los templos más importantes de Bangkok. Situado a orillas del río Chao Phraya, es famoso por su espectacular torre central o prang, que se eleva sobre la ciudad. El templo tiene una larga historia que se remonta al periodo del Reino de Ayutthaya (1350-1767). Originalmente llamado Wat Makok, fue renombrado y restaurado durante el reinado de Rama II en el siglo XIX.
La gran torre central mide alrededor de 70 metros de altura, y representa el Monte Meru, el centro del universo según la cosmología budista e hindú. Abajo, las vistas que se obtienen del rio desde el nivel más alto al que se puede subir. Se ven perfectamente los tejados del Palacio Real y el Wat Pho.
Y una vez visto este templo, de nuevo vuelta a cruzar el rio. Ahora nuestro destino era el barrio chino. Para ello, nada más cruzar el rio buscamos un tuk tuk. Inés estaba encantada de volver a montar en uno. En unos minutos nos plantamos delante de nuestro objetivo, el templo Wat Traimit del barrio chino.
¿Y por qué este templo? Es uno de los cuatro lugares que queríamos ver en Bangkok sí o sí, junto con el Palacio Real, el Wat Pho y Wat Arun. Este templo que estábamos a punto de ver, guarda la estatua de Buda hecha de oro macizo más grande del mundo.
La estatua mide 3 metros de altura y pesa alrededor de 5.5 toneladas. Está hecha de oro macizo de 18 quilates. Se cree que la estatua fue creada durante el período de Sukhothai (siglos XIII-XIV). Durante este tiempo, era común cubrir las estatuas de oro con yeso para ocultarlas y protegerlas de posibles saqueos, especialmente durante las invasiones birmanas.
El Buda de Oro permaneció oculto bajo una capa de yeso durante siglos. Fue redescubierto accidentalmente en 1955, cuando la estatua fue trasladada y la cubierta de yeso se rompió, revelando el oro que había debajo.
Una vez visto el templo del Buda de oro, dimos un paseo por el barrio chino, en dirección al otro templo famoso que hay en esta zona, el Wat Mangkon Kamalawat. El barrio chino la verdad es que no es una zona particularmente bonita para pasear. Son calles modernas, con bastante tráfico y aceras estrechas. En unos 10 o 12 minutos llegamos a este templo, característico por sus muchísimos farolillos rojos, como se puede ver en las fotos.
Fundado en el siglo XIX bajo el nombre Wat Leng Noei Yi, el templo ha sido un importante centro religioso para la comunidad china desde entonces. En 1871, el templo adoptó su nombre actual, que significa "Templo del Loto del Dragón".
Los techos del templo están adornados con cientos de farolillos rojos. Estos no solo son decorativos, sino que simbolizan buena suerte, prosperidad y protección según las creencias chinas. Este templo además es gratis.
Y a estas alturas, ya habíamos visto lo que considerábamos imprescindible en Bangkok, y aún nos quedaba un poco de tiempo para una visita más. Ya que se aproximaba el atardecer, decidimos ir al templo Wat Saket, también conocido como el Templo de la Montaña Dorada (Golden Mount). Es famoso por su chedi dorado que corona una colina artificial, ofreciendo vistas panorámicas de la ciudad, ideal para visitarlo al atardecer.
Así que desde el mismo templo chino que acabábamos de ver, paramos un tuk tuk y hacia allí que fuimos. Este templo cuesta 50 baht por adulto (menos de 3 euros).
En la base de la colina, hay unos chiringuitos donde venden zumos y helados, así que antes de subir nos sentamos en la terraza y nos tomamos un buen zumo de sandía, que aquí en Tailandia son muy buenos y baratos.
La primera foto de la izquierda, una foto general del templo y la colina, sacada de internet.
Como se puede ver en las fotos, el comienzo de la ascensión es realmente bonito, está muy cuidado. Para llegar a la cima (la colina tiene unos 80 metros de altura), hay que subir unos 300 escalones rodeados de vegetación tropical y decoraciones religiosas.
El recorrido está lleno de campanas, gongs y estatuas de Buda. Se pueden hacer sonar las campanas como símbolo de buena suerte.
La subida se hace muy amena, es un sitio en el que han cuidado cada detalle, buscando la máxima armonía. Una vez que llegas arriba, las vistas son espectaculares, con todo el skyline de Bangkok al fondo.
El templo sirvió históricamente como lugar de cremación y entierro para miles de personas, especialmente durante una gran plaga en el siglo XVIII, cuando las instalaciones de la ciudad se vieron desbordadas.
Después de disfutar de las vistas de la ciudad durante un rato, en la parte superior del templo, hicimos el camino de vuelta, esta vez cuesta abajo. El tuk tuk que nos trajo hasta aquí estaba esperándonos, sabía que antes o después, querríamos irnos de aquí.
Le dijimos que nos llevase hasta el Palacio Real, y ya desde allí fuimos dando un paseo hasta el restaurante donde comimos por la mañana, que nos había gustado mucho. Cenamos de maravilla. De haber estado más días en Bagkok, yo creo que hubiésemos vuelto en cada comida.
Y una vez cenados, pues otro tuk tuk a nuestro hotel. Inés los iba a echar de menos... pero ya habría más oportunidades de coger otros más adelante durante el resto del viaje. Había que descansar, al día siguiente tocaba madrugón, ya que a las 10:10 salía nuestro vuelo para Siem Reap.
Ya habíamos apalabrado un taxi con el encargado del hotel para que viniese a buscarnos a las 7 de la mañana. Este taxi nos salió más barato que el de la ida, fueron 450 baht, ya que el aeropuerto de Don Mueang está más cerca que el de Suvarnabhumi, donde llegamos el primer día.
Los gastos del día habían sido:
Cruzar el rio: 15 + 15 + 15 = 45 baht
Entradas Palacio Real: 1000 baht
Desayuno-comida: 840 baht
Entradas Wat Pho: 600 baht
Entradas Wat Arun: 400 baht
Entradas Wat Saket: 200 baht
Zumos y helados en Wat Saket: 200 baht
Cena: 1275 baht
tuk-tuk varios: 160 + 100 + 150 + 200 = 610 baht
Total: 5170 baht, unos 140 euros un día completo e intenso en Bangkok.
De momento dejábamos Tailandia atrás, y nos esperaban un par de días igual de intensos en Camboya, para visitar los templos de Angkor. Podéis leer el artículo aquí.
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