
Un día en Grindelwald
Fecha del viaje: Agosto de 2019
Este es el artículo de nuestro segundo día en Suiza. Si quieres leer como fue nuestro primer día, lo puedes ver aquí.
Recomendaciones importantes
- La garganta de Gletscherschlucht es espectacular, muy recomendable recorrerla, pero es que además tiene una red colgada al vacio sobre el torrente de agua en la que te puedes subir, y es realmente divertido.
- Junto a la entrada a la garganta hay un restaurante en un chalet alpino que tiene muy buena pinta.
- En el teleférico de First, si vais con niños, imprescindible parar en las dos paradas intermedias: Bort y Schreckfeld. Tienen dos áreas infantiles muy chulas (más completa la de Bort, con mejores vistas la de Schreckfeld). Nosotros comimos en el restaurante de Bort, y muy bien (comer en Suiza es caro, pero al menos se come bien). El restaurante de Schreckfeld también tenía buena pinta.
- Y por supuesto, si subis en este teleférico es para hacer las pasarelas del mirador First Cliff Walk en la estación superior. El mejor mirador de todo Grindelwald.
- Una ruta que recomiendan mucho en internet es hacer la ruta de una hora aproximadamente al lago Bachalpsee desde la estación superior. Nosotros no la hicimos por falta de tiempo.
Día 2
Primer día que nos despertábamos en nuestro flamante y campestre chalet suizo, en mitad del campo, a las afueras del bonito pueblo de Brienz, junto al lago del mismo nombre. Da gusto levantarse con el sonido de los pájaros, salir al balcón, y ver las montañas que ya nos están esperando.
Nos preparamos un buen desayuno, y después emprendimos nuestro primer día de aventuras en los alpes berneses. Aquí hay que decir que la forma que tenemos de organizarnos en nuestros viajes a Suiza es hacer las comidas en restaurante, y para compensar las clavadas que nos meten, hacemos los desayunos y las cenas en la casa.
Fuimos con el coche hasta el corazón de la montaña, en Grindelwald, que estaba a unos 40 minutos de nuestra casa. Allí, nuestra primera actividad del día iba a ser recorrer la garganta de Gletscherschlucht. Los sitios tan bonitos no deberían tener nombres tan impronunciables...
Para ir a este fantástico sitio, es muy sencillo. Tenéis que ir hasta el hotel-restaurante Gletscherschlucht (sí, el mismo nombre que la garganta que vamos a recorrer). Allí mismo se puede dejar el coche de forma gratuita, hay sitio de sobra (al menos cuando fuimos nosotros). Nosotros no entramos en el restaurante, que es el tìpico chalet de madera alpino, muy bonito, y que tenía muy buena pinta para tomar algo. Podéis ver lo que ofrecen en su web, aquí.
Allí mismo se sacan los tickets, y comienzas el paseo. Una pasarela de madera te lleva hasta el comienzo de la garganta, completamente encajonada entre gigantescas paredes rocosas. Abajo, fotos al comienzo de la ruta.
Si ya el comienzo es bonito, esperad a adentraros un poco... la cosa aún puede mejorar mucho. Resulta increíble que hasta mediados del siglo XIX el hielo del glaciar llegara hasta el mismísimo aparcamiento donde hemos dejado el coche. Desde entonces, el hielo empezó a retirarse, y ya no queda ni rastro de él.
El paseo en total es de aproximadamente 1 km, y otro tanto a la vuelta, ya que se vuelve por el mismo camino. Al poco de empezar el paseo ya divisamos la gran atracción de este desfiladero, la tela de araña suspendida sobre el torrente de agua.
El poder pasar a esta red el tiempo que quieras es libre y está incluido con el ticket de entrada a la garganta. Es absolutamente segura, no hay manera posible de caer al vacio sobre las rocas o el torrente de agua. Inés en aquel momento tenía dos años y medio, y se lo pasó pipa. Un poco austada al principio, pero en cuanto dio unos pasos le gustó mucho.
La verdad es que fue muy divertido. Después de un rato aquí, continuamos el paseo por la garganta, que es muy espectacular en todo momento. A la vuelta haríamos otra parada en la red.
En la foto de arriba se puede ver una panorámica del paseo una vez dejamos atrás la red, con la tela de araña a la izquierda, y la continuación del camino adentrándose en el cañón a la derecha.
Y una vez que llegamos al final del paseo, dimos la vuelta, volviendo a pasar de nuevo por la red, donde, como no, hicimos otra parada. Hay que aprovechar, sabe Dios cuando volveremos otra vez por aquí...
Al parecer los Viernes el desfiladero está abierto hasta las 22:00 y la red se ilumina con luz de diferentes colores que van cambiando, tiene que ser toda una experiencia.
Estariamos como un par de horas aproximadamente en la garganta. La verdad es que nos gustó mucho y lo pasamos muy bien. Absolutamente recomendable, y especialmente si vais con niños. Pero el valle de Grindelwald todavía tiene mil cosas más que ofrecer, así que no había tiempo que perder. Lo siguiente era ir al teleférico de First. Está a sólo 2 km de la garganta, así que en 5 minutos nos plantamos allí con el coche.
Aparcar costó un poco más que la vez anterior, pero tampoco hubo muchos problemas, tuvimos que caminar 3 o 4 minutos desde donde dejamos el coche hasta la estación del teleférico. Apenas había cola para sacar los tickets, cosa que como iréis viendo en los siguientes artículos, fue una agradable constante en todo el tiempo que estuvimos en Suiza. En unos minutos estábamos montados en una de las cabinas.
Desde la cabina las vistas eran fantásticas hacia el valle de Grindelwald. Este teleférico sube desde los 1034 metros de la estacion inferior, hasta una altura de 2184 metros en la superior. El horario del teleférico es desde las 8 de la mañana hasta las 6 de la tarde. Si queréis información sobre los tickets, la podéis consultar, e incluso comprarlos con antelación, aquí. No es un teleférico barato, los precios están por unos 96 euros por adulto.
En realidad todos los teleféricos, funiculares o trenes en Suiza son caros, especialmente aquellos más espectaculares o famosos. La única manera de disfrutarlos sin arruinarte (especialmente si vas con niños, imagínate tener que pagar esa cantidad por cada miembro de la familia) es sacaros previamente la tarjeta "Swiss Half Fare Card" (una por cada adulto). Con eso conseguiréis que a los adultos os cueste la mitad del precio marcado, y los niños que llevéis con vosotros montarán gratis en todo (hasta los 15 años incluidos). Eso ya es otra cosa ¿Verdad? Lo explico con más detalle en el artículo sobre el tren del Gronergrat.
Antes de llegar a esa estación superior, hicimos una parada en la estación intermedia de Bort, ya que hay un estupendo parque infantil, que si vais con niños es parada obligada.
En esta estación intermedia, además del parque infantil y unas vistas estupendas, también hay un restaurante fabuloso, donde ya aprovechamos para comer en la terraza, con vistas a esas montañas maravillosas. Luego, cogimos de nuevo el teleférico para subir a la estación superior.
Sobre estas líneas, en la foto de la izquierda, el pico Wetterhorn, de 3701 metros, y a su derecha en la misma foto, surgiendo del glaciar y más a lo lejos, el Finsteraarhorn, de 4274 metros de altura, y el más alto de todo el macizo.
Nos sentamos un rato en una pradera de hierba que hay junto a la estación superior, a contemplar el paisaje. El siguiente hito iba a ser recorrer las pasarelas del First Cliff Walk by Tissot, un paseo colgado en la ladera que lleva a uno de los mejores miradores colgados al vacio de todo Grindelwald. Como podéis suponer, está patrocinado por la marca de relojes suiza Tissot. En las fotos de arriba y sobre todo en las de abajo se puede ver lo increiblemente espectacular que es este mirador, y el camino que lleva hasta él.
Las vistas son increibles. Recomendable llevar unos prismáticos o un teleobjetivo, sacaréis unas fotos flipantes. Como parte del paseo hasta el mirador, hay que atravesar un puente colgante.
Una excursión muy chula al parecer que puede hacerse desde aquí, aunque nosotros no hicimos ya por falta de tiempo, es ir al lago Bachalpsee. El paseo dura como una hora hasta allí con ligero desnivel. Desde ese lago hay unas vistas muy bonitas, con alguno de los grandes picos nevados reflejándose en sus aguas.
Después de hacer el camino de las pasarelas, cogimos el teleférico de bajada, pero nos bajamos en la otra parada intermedia, Schreckfeld, que queda justo por encima de la de Bort, donde bajamos en la subida, horas antes. Aquí también hay un restaurante con terraza, más pequeño que el de Bort, y otra zona infantil, también más pequeña, pero con unas vistas diría que mejores que las de Bort. Juzgad vosotros mismos por las fotos de abajo...
Como parte de la terraza del restaurante, había tumbonas. La verdad es que se estaba de maravilla. Mientras Inés y Santi jugaban en la cama elástica, estar recostado en una de esas tumbonas, con esas vistas del pico Finsteraarhorn, fue algo increíble. De hecho estuvimos allí hasta que tuvimos que coger uno de los últimos teleféricos de vuelta.
Y como una imagen vale más que mil palabras, y un video por lo tanto más que mil imágenes, en este enlace podéis ver un vídeo que muestra con total exactitud lo que yo entiendo por vacaciones.
Una vez abajo del todo, cogimos el coche para volver a casa, pero antes hicimos una parada en la estación de tren de Grindelwald para ver los horarios de los trenes a Jungfraujoch, que era el plan que teníamos para el día siguiente.
Así que ya solo quedaba llegar a casa y preparar algo de cena, que al día siguiente tocaba madrugar. Si queréis saber cómo nos fue en el tren de Jungfraujoch, podéis leer el artículo aquí.
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