
Pirámides de Giza
Fecha del viaje: Agosto de 2015
El día anterior volamos por la tarde de Madrid a El Cairo. Al llegar, nos estaba esperando nuestro contacto de la agencia, que nos llevó hasta el hotel. Una vez estábamos ya instalados en el hotel (Ramses Hilton, muy bien situado cerca de la plaza Tahir) ya era de noche y apenas tuvimos tiempo para salir a cenar algo a un centro comercial que había junto al hotel, y acostarnos para descansar un poco, ya que al día siguiente tocaba madrugón para la visita de las pirámides. Apenas pude dormir de la emoción.
Recomendaciones importantes
- De entrar en alguna pirámide, sin duda la de Keops es la mejor, la que tiene más que ver, con su pasillo abovedado, y las dos amplias cámaras
- Una vez acabe la visita a las pirámides de Giza, no podéis dejar de visitar la pirámide Roja. Está fuera de los circuitos turísticos (o lo estaba en 2015) y no va casi nadie. Se puede visitar por dentro, le das una propina al guarda y te deja explorarla a tus anchas y hacer fotos. Tiene unas cuantas cámaras en su interior, te sentirás como Indiana Jones.
- Muy cerca, como a 1 km, está la pirámide romboidal o acodada, que cuando fuimos nosotros llevaba 50 años cerrada por obras, pero desde 2019 puede visitarse de nuevo.
- En la misma visita que la pirámide Roja, no dejes de visitar también la zona de Saqqara, donde entre otras, está la pirámide más antigua de todas, la pirámide escalonada (abierta al público desde 2020 después de 15 años cerrada)
- Estas dos visitas, Dahshur y Saqqara, os recomiendo hacerlas por la tarde, apurando hasta la hora de cierre. Estaréis prácticamente solos, o solos del todo, como nosotros
Al día siguiente, después de disfutar del estupendo desayuno del hotel, a las 8 de la mañana ya estaban en recepción nuestro conductor y el guía esperándonos para llevarnos a las pirámides. Después de unos 40 minutos disfutando del caótico tráfico de El Cairo (en un monovolumen con aire acondicionado, para nosotros solos, afortunadamente), llegamos a nuestro destino. Una vez allí, lo primero es pasar por taquilla. La entrada general al recinto ya la tenemos incluída, pero si quieres entrar al interior de alguna pirámide, este es el momento de sacar el ticket, dentro no se puede. Nuestro guía, muy amable, nos ayudó, y le dijimos que queríamos entrar en la de Keops. No es barata, fueron unos 20 euros cada uno, al cambio. Pero cuando llevas toda la vida deseando entrar... pagas lo que te pidan
Cuando por fin las tuvimos enfrente, es como el reencuentro de dos viejos amigos que hace tiempo que no se ven. Que ganas de acercarme, de tocarlas, de fotografiarlas... pero primero viene la charla que nos tiene que dar el guía (hablaba español perfectamente). Atendemos a sus explicaciones, frente a la pirámide de Keops, durante un rato, aunque estamos deseando que acabe, la verdad. Por suerte no se alarga demasiado y nos dice que ahora tenemos tiempo libre para hacer fotos, y visitar la pirámide por dentro. Llegó el momento tan largamente soñado...
Tenemos como una hora de tiempo libre, luego iremos con el guía hacia la pirámide de Kefrén. Nos acercamos hasta la entrada de la pirámide de Keops. La visita por dentro es bastante claustrofóbica, para qué engañarnos. Hay un tramo, con un pasillo ascendente techado con una falsa bóveda, que es más amplio, de hecho resulta grandioso. Por fin llegamos a la antecámara, una sala amplia, y después de ésta la sala donde está el sarcófago. Esas dos salas desprenden una energía especial. Sus paredes son de granito finamente pulidas, como de otro mundo. Recuerdo que había unos turistas cuando llegamos, japoneses, pero se fueron al poco de llegar nosotros, y durante unos minutos maravillosos estuvimos solos en la cámara del faraón. Es verdad que dentro hace mucha humedad, y sudas un montón mientras estás en el interior, pero a mí desde luego me gustó mucho.
Una vez acabada la visita, dimos unas vueltas alrededor de la pirámide, admirándola y haciéndonos fotos. La de Keops es la más antigua y la más alta de las tres, tiene 139 metros de altura, aunque su altura original era de unos 146 metros, pero debido a la erosión y la pérdida de la capa externa de piedra caliza, ha perdido altura. Tiene un récord insólito, y es que fue el edificio más alto construído por la humanidad durante la increíble cifra de 3800 años. Desde su construcción en el año 2570 a.C. aproximadamente, hasta que fue superada por la torre de la catedral de Lincoln, en Inglaterra, en el año 1311. Esa torre se alzaba hasta los 160 metros de altura, aunque tiempo después, en 1549, colapsó. Otro dato curioso, es que está compuesta por 2,3 millones de bloques de piedra, de unas 2,5 toneladas cada uno.
Toda la necrópolis de Giza, incluyendo por supuesto las pirámides, son Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1979. Aquí van unas fotos de esta parte de la visita.
En la foto de arriba a a la izquierda, se puede ver la que fue la entrada principal de la pirámide (punto 1 en el gráfico de la derecha), que lleva bloqueada desde el tiempo de los faraones. La entrada actual está un poco más abajo y fue abierta por el califa Al-Mamún sobre el año 820 d.C. Este califa estaba fascinado por las pirámides, y como la entrada principal estaba oculta, ordenó abrir un túnel en la cara Norte para buscar sus posibles tesoros. No encontraron nada, pero ese túnel, como se puede ver en el punto 2 del gráfico de la derecha, llegó a encontrarse con el pasadizo principal que va hasta la cámara del faraón. Hoy día se utiliza como entrada a la pirámide.
Como decía antes, fueron los propios egipcios los que ocultaron la entrada principal, cuidadosamente disimulada con bloques de piedra caliza del mismo tipo que los que constituían la pirámide. Este engaño fue efectivo durante siglos, hasta el punto de que Al-Mamún no lo descubrió, e hizo abrir otra entrada a lo bruto, unos 15 metros por debajo de la original. No fue hasta el siglo XVII, cuando el viajero británico John Greaves, en 1638, localizó la entrada principal oculta tras otros bloques de piedra. Esa entrada principal nunca más ha sido utilizada, y actualmente se entra por el túnel de Al-Mamún.
En las fotos de arriba, podemos ver una imagen del amplio pasadizo abovedado que lleva hasta la antecámara, así como otra imagen de la cámara del faraón, con su sarcófago. Es increíble lo finamente pulidas que están los sillares de granito que forman paredes, suelo y techo de esa sala. Abajo, una pintura de las pirámides de David Roberts, pintor británico que pintó toda clase de paisajes de Oriente Medio durante el siglo XIX.
Nos encontramos con nuestro guía, que nos acompañó hasta la cercana pirámide de Kefrén, donde nos dio otra charla con la historia de esta pirámide. Es la segunda pirámide más alta, con 136 metros, y a diferencia de la de Keops, conserva parte de su revestimiento original de piedra caliza. Después, más tiempo libre para admirar la pirámide y, en este caso, visitar la esfinge y el templo que está a sus pies.
Y por último, la pirámide de Micerinos, la más pequeña de las tres. Después de un rato haciendo fotos, nos llevaron en coche hasta un mirador desde donde se tiene una panorámica de las tres pirámides. Es un mirador clásico donde llevan a todos los turistas, la vista desde allí la verdad es que es bonita, pero mucho más hermosa aún si te das un paseo alejándote un poco de los grupos de turistas que se agolpan para hacer la foto.
La primera foto corresponde a la pirámide de Micerinos, donde aún es visible en su cara Norte el agujero causado por orden del sultán Al-Aziz Uthman, quien gobernó Egipto en el siglo XII. Intentó desmantelar las pirámides para usar sus bloques de piedra en construir otros edificos, y empezaron por la más pequeña de las pirámides. Después de un tiempo de trabajo en el que consiguieron sacar unos cuantos bloques, dejando el agujero visible actualmente, abandonaron la tarea, ya que resultó mucho más duro de lo esperado. Qué cerca estuvimos de no poder admirar estos monumentos hoy día, debido a la locura de personajes como ese.
Y con la visita al mirador, termina la excursión incluida en el paquete. Ahora lo habitual es que el mismo conductor que te ha traído hasta aquí, te lleve de vuelta a tu hotel, y tengas la tarde libre para descansar, o contratar otra excursión.
Nosotros teníamos otra idea. Le dijimos a nuestro conductor que no queríamos volver al hotel, que íbamos a buscar un conductor que nos llevara a ver la pirámide de Dahshur, también llamada pirámide roja, a unos 40 km al sur de Giza. Nuestro guía, que hablaba español perfectamente y era muy amable, se ofreció para ayudarnos a negociar precio. En la entrada de Giza hay multitud de taxistas, enseguida se nos acercó uno, y nuestro guía empezó a negociar con él, hablando en árabe.
Nos consiguió un precio justo que era más o menos el que llevábamos en mente, que incluía llevarnos hasta la pirámide Roja, esperarnos allí, luego llevarnos a Saqqara, y finalmente dejarnos en nuestro hotel.
De verdad que recomiendo a cualquiera que vaya a ir a Egipto que lo haga de esta manera. Las pirámides de Giza son una pasada, y las vais a disfrutar un montón, pero es que visitando Dahshur os vais a sentir como el mismísimo Indiana Jones, es otra historia. El Egipto más auténtico y misterioso.
Dicho y hecho, después de la negociación ya estábamos en marcha rumbo a Dahshur, tardamos cerca de una hora en llegar. La pirámide Roja, así llamada debido al color rojizo de los sillares de piedra caliza empleados en su construcción, se yergue solitaria en medio del desierto, y no hay nadie más que nosotros. En la primera foto se puede ver como un pequeño grupo está bajando, y no había nadie más, la vimos completamente solos. Esta pirámide es sólo un poco más baja que las de Giza, ya que mide 104 metros de altura, y es más antigua, ya que fue construída por Snefrú, padre de Keops, que luego continuó su legado construyendo la gran pirámide en Giza.
Unas fotos en la pirámide Roja.
Una vez dentro, tiene tres cámaras unidas por otros tantos pasillos, que puedes visitar a tu aire. Y además es gratis (lo era al menos en 2015). Tan solo tienes que darle una pequeña propina al árabe que hay en la puerta.
Como a un km de distancia está la llamada pirámide acodada, que se puede ver en una de las fotos de arriba, sacada desde la pirámide Roja. Esta pirámide tiene la particularidad de que sus paredes cambian el ángulo de inclinación a partir de cierta altura. Eso lo hicieron de esa manera por que a partir de esa altura se dieron cuenta de que amenazaba derrumbe, y a partir de ese momento pusieron un ángulo más cerrado para disminuir el peso total. Otra particularidad que tiene, es que conserva bastante del revestimiento original de piedra caliza. Es algo más antigua que la pirámide Roja, podría considerarse un boceto del cual aprendieron lo suficiente para después conseguir levantar la pirámide Roja, que fue la primera pirámide perfecta con sus caras lisas.
A ésta ya no fuimos por falta de tiempo (Además no se podía entrar, ha estado cerrada por obras más de 50 años, y ha vuelto a abrir para visitas en 2019), ya que el complejo de Saqqara cerraba a las 16:00. Por suerte Saqqara está cerca y llegamos a tiempo.
Aquí está la pirámide más antigua de todas, la primera que se construyó (año 2670 a.C.), gracias al genio del arquitecto Imhotep, al servicio del faraón Djoser. Tiene una altura de 60 metros, y está considerada el edificio de piedra más antiguo del mundo. No es una pirámide de caras planas, si no lo que se llama una pirámide escalonada, como se puede ver en las fotos. En la época en que fuimos nosotros estaba en restauración y no se podía acceder a su interior, y el exterior estaba parcialmente cubierto por andamios. Estuvo cerrada por obras desde 2006 hasta 2020, que volvió a abrir para visitas. Un par de fotos de esta pirámide:
Pero Saqqara no es sólo la pirámide escalonada, es todo un complejo funerario donde hay otras pirámides (en peor estado de conservación) y tumbas. La siguiente que vimos fue la pirámide de Teti, del año 2300 a.C. Como puede verse más abajo, en la primera foto, la pirámide no ha aguantado muy bien el paso del tiempo, y la erosión la ha reducido a una montaña de escombros. Pero en cambio, la cámara sepulcral de su interior sí que está bien conservada.
El egipcio que hacía de guardia nos dijo que estaba prohibido sacar fotos en el interior. Nada que no pueda arreglar una propina justa, como podéis ver en las fotos de abajo. Además, éramos los únicos visitantes, no había ningún turista más en todo Saqqara.
Y por último, antes de emprender camino al hotel, aún vimos otra tumba más, la de Mereruka, yerno de Teti. Es la tumba mejor conservada de todo el complejo, tiene varias salas con las paredes completamente decoradas con relieves muy bien conservados, incluso con los pigmentos originales. El guarda, a cambio de una propina, nos lo fue enseñando todo. Y con esta última visita dimos por terminado el día. El complejo ya estaba cerrando, y sólo estábamos nosotros. Nuestro conductor, que nos estaba esperando en la puerta, nos llevó a nuestro hotel, donde nos esperaba un bañito relajante en la piscina antes de una buena comida-merienda-cena, por que la verdad es que desde el desayuno buffet, no habíamos vuelto a comer nada. Esto sí que es turismo extremo.
Volver a Inicio