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Olivenza


Fecha del viaje: Agosto de 2020

Esta fue la primera parada en un viaje de 9 días a Portugal. Como solemos hacer siempre que viajamos en coche desde Madrid, madrugamos mucho, de forma que llegamos a Olivenza a la hora de desayunar. Aparcar en Olivenza no fue problema, dejamos el coche en la misma calle, sin recurrir a parking, muy cerca del casco histórico.

Recomendaciones importantes

  • Durante la visita, nada mejor que hacer una parada en alguna de las terrazas del casco histórico para probar su excelente jamón ibérico.
  • La iglesia de la Magdalena es sorprendente, el mejor ejemplo que se puede encontrar en España de estilo Manuelino, con esas columnas retorcidas.
  • Imprescindible subir a las almenas del castillo, las vistas desde allí del apiñado casco histórico de Olivenza, con sus casas blancas y tejados rojos, rodeada por los campos circundantes, es realmente bonita.
  • Muy recomendable acercarse a los restos del puente de Ajuda sobre el Guadiana (14 km), testigo mudo de las múltiples batallas que ha habido en esta zona fronteriza.

Ya desde el principio fue una ciudad que nos dio muy buena impresión, con todo el casco histórico muy homogéneo, con sus casas encaladas. Pero lo primero era lo primero, había que desayunar, que llevábamos ya 4 horas de ruta hasta llegar aquí (aunque alguna se había pasado todo el viaje durmiendo).

Nos metimos por una calle empedrada muy bonita, y nos sentamos en una de las terrazas que vimos. No pudimos haber elegido mejor... No solo la calle era un sitio realmente bonito, es que el desayuno fue buenísimo. Se notaba que estábamos en una de las zonas de España donde mejor jamón ibérico hay... No tenéis más que ver estas fotos.

Una vez con el estómago lleno con esas buenísimas tostadas de pan con aceite, tomate y jamón, ya estábamos listos para hacer un poco de turismo.

Olivenza es una ciudad pintoresca dentro de España, y de la propia Extremadura, ya que fue portuguesa durante siglos (de hecho, fue fundada por el rey portugués Dinis I en el siglo XIII); pero a raíz de las guerras napoleónicas, en concreto la llamada "Guerra de las Naranjas" en 1801 entre España (aliada de Francia) y Portugal (aliada de Gran Bretaña), fue anexionada por España. Y desde entonces, es española.

Realmente, era una posesión difícil de defender para los portugueses, ya que queda a la derecha del rio Guadiana, que es la frontera natural entre los dos paises durante muchos km. En los tiempos en que era portuguesa, desde Portugal tenían que cruzar el rio para poder llegar a esta ciudad, lo que hacía difícil su defensa y llegada de mercancías y víveres.

Por ese motivo, en el siglo XVI fue contruído un puente de piedra monumental sobre el Guadiana por el rey Manuel I de Portugal, como parte de su esfuerzo por reforzar las conexiones entre el territorio portugués a ambos lados del Guadiana y facilitar el acceso a Olivenza. Tenía alrededor de 380 metros de longitud y estaba compuesto por 19 arcos. Fue un puente monumental para la época.

Ese puente, al estar en un punto fronterizo en disputa, fue destruído varias veces, pero aún conserva algo de su antigua monumentalidad. Más tarde nos acercaríamos a verlo.

En este plano podéis haceros una idea de cómo están distribuidos los principales monumentos de la ciudad.

El primer monumento que visitamos fue la iglesia de Santa María Magdalena, el principal templo de Olivenza. Es uno de los mejores ejemplos que hay en España de estilo Manuelino portugués, con sus increíbles columnas retorcidas. Aquí abajo podéis ver unas fotos: La primera acercándonos a la iglesia por una de las típicas calles de Olivenza, la segunda la portada principal, y la tercera en el interior.

Un par de fotos más del interior de la iglesia, que era extraordinariamente bello, con esas columnas que parecen haber sido retorcidas por un gigante. Esta iglesia fue elegida "Mejor rincón de España" en 2012 por la Guía Repsol.

Después de ver esta iglesia, seguimos paseando por el casco histórico en dirección a la puerta del calvario, la única puerta original de la muralla que aún subsiste. Es una puerta bastante monumental realizada con sillares de piedra muy trabajados.

La puerta data de finales del siglo XVII, en la época en que Olivenza estaba bajo dominio portugués. Su construcción fue parte de un proyecto defensivo que incluía un sistema de murallas, torres y puertas para proteger la ciudad, dada su importancia estratégica en la frontera.

Y el siguiente punto al que nos dirigimos fue el castillo. Al ser una ciudad pequeña todos los monumentos están muy cerca entre sí, y los puedes visitar en un agradable paseo.

Antes de subir a las murallas, entramos en la iglesia de Santa María del Castillo, la más antigua de Olivenza, del siglo III, y situada dentro de las murallas del castillo (foto de la derecha). Por el camino, pasamos junto al ayuntamiento (primera foto a la izquierda) situado en un antiguo palacio del siglo XVI.

Y después de ver la iglesia, que nos gustó menos que la primera que vimos, la de la Magdalena, subimos a las murallas. Esta fortaleza fue construída por el rey Denis I en el siglo XIII y ampliada después en el siglo XVI por Manuel I, que es cuando se construyó su imponente torre del homenaje, que con más de 40 metros de altura, es una de las más altas de Extremadura.

Desde lo alto de la torre, las vistas de toda la ciudad son espectaculares, sin duda lo mejor de Olivenza. En la foto de la derecha, la iglesia de Santa María Magdalena, y a la izquierda, el campanario de Santa María del Castillo, que habíamos visitado justo antes.

En la primera foto de abajo, se puede ver la enorme torre del homenaje del castillo. Las siguientes fotos son del puente de Ajuda, a sólo 14 km de Olivenza, y nuestro siguiente destino después de despedirnos de Olivenza, que tanto nos había gustado.

Ahora el rio Guadiana hace de frontera entre España y Portugal, y como puede verse, solo permanecen en pie algunos arcos en ambas orillas. Fue destruído por primera vez en 1657, durante la guerra de independencia portuguesa, y después en 1709 otra vez, durante la guerra de Sucesión Española. Desde entonces permanece en el estado en que podéis verlo en estas fotos.

Y desde aquí continuamos nuestro viaje, ya entrando en Portugal, pero por el puente nuevo que cruza el Guadiana. Nuestra próxima parada era el bonito pueblo portugués de Monsaraz, a una hora de distancia.


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