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Sunnegga y tren del Gornergrat


Fecha del viaje: Agosto de 2019

Esta excursión forma parte de un viaje que hicimos a Suiza en 2019, teniendo Inés entonces sólo dos años y Santi, catorce. Como parte de ese viaje, pasamos tres días en el valle del Ródano, en el cantón de Valais. Es una región espectacular donde se sitúan algunos de los picos más emblemáticos de los Alpes.

Uno de esos días lo dedicamos íntegramente a Zermatt, en especial a la excursión en el tren del Gornergrat, que en mi opinión es el tren más espectacular de toda Suiza, e incluso de toda Europa (con permiso del Jungfraujoch). Aparte de ser el tren de cremallera más alto de Europa, ya que la estación superior está a 3100 metros de altura

Recomendaciones importantes

  • El funicular de Sunnega sube hasta unas praderas situadas a 2288 metros de altura. Si vais con niños, allí arriba podréis encontrar una de las mejores zonas infantiles de toda Suiza, bajo la atenta e implacable mirada del Matterhorn, quizá el pico más emblemático de los Alpes. Muy recomendable también para comer la terraza con vistas al pico.
  • El tren del Gornergrat podéis hacerlo por la tarde, como nosotros, cogedlo justo después de comer. Encontraréis mucha menos gente, y si estais en la estación superior hasta el final, para coger de vuelta el penúltimo o último tren, quedaréis cuatro gatos. Importante, sentaos en la parte derecha del vagón durante la subida, las vistas son mucho mejores. Para información y tickets, pinchar aquí.
  • Los precios de los trenes y teleféricos son bastante caros en Suiza, pero es posible abaratarlo bastante con la Swiss Half Fare Card, con la que consigues un 50% de descuento en el precio del billete. Si viajáis con niños, el descuento es mucho mayor, por que con la Swiss Familiy Card, todos los niños hasta los 16 años viajan totalmente gratis. Información aquí.

Para ponernos en situación, decir que nos alojábamos en una aldea muy pequeña y aislada llamada Grengiols, situada en la carretera que recorre todo el valle del Ródano, cerca de Brig. En esta carretera había que coger un desvio, y llegábamos a la aldea por una carreterilla muy corta pero realmente estrecha con unas curvas imposibles. Teníamos que dejar el coche fuera de la aldea, ya que las callecitas eran tan estrechas que meter el coche ahí era muy difícil.

La verdad es que tenía mucho encanto, era un sitio totalmente fuera, aunque muy cerca a la vez, de la Suiza turística, una aldea donde la gente que vivía allí se gana la vida aún trabajando en el campo. Nos gustaba mucho cuando llegábamos algún día ya de noche a la casa, y desde donde dejábamos el coche, teníamos que ir caminando como unos 300 metros en absoluta oscuridad, iluminándonos con la linterna del móvil.

Aquí os dejo unas fotos de la casita. No era la casa completa, sino sólo la parte de abajo. La de arriba se alquilaba por separado. A Inés le encantaba salir fuera y ponerse a jugar en el pilón con un pato de plástico que alguien había dejado allí.

A nosotros la casa nos salió por 380 euros para un total de 4 noches (en Agosto de 2019). Podéis ver el link de la casa en airbnb aquí. Tenía un salón cocina, un baño y dos dormitorios, y una pequeña zona infantil con columpio y cama elástica.

Nada más desayunar, fuimos con el coche hasta Tasch (un poco menos de una hora desde la casa). Es lo más lejos que se puede llegar con el coche. Allí todo el mundo deja el coche en un parking subterráneo gigantesco, no tendréis problema, hay sitio para todo el mundo. Ese parking está conectado directamente con el tren que en 10 minutos os dejará en Zermatt. Precisión suiza...

Y en Zermatt, pues ya estáis en la montaña... Aquí hay mil teleféricos y funiculares, la oferta es enorme. Nosotros decidimos hacer primero el funicular a Sunnegga, sobre todo por la zona infantil, de la que habíamos leido grandes cosas, y también por las vistas al Matterhorn. Comer allí y luego volver a Zermatt, para entonces coger el tren del Gornergrat, el principal hito del día.

Como decía en las recomendaciones, la mejor opción para que salga lo más barato posible, es comprar la tarjeta Swiss Half Fare Card (una por adulto), que ahora, en Octubre de 2024, tiene un precio de 120 CHF (unos 128 euros). La primera impresión, lo se, es que es muy cara, pero en realidad no es así. En el caso del tren de Gornergrat, el precio del billete por adulto es de 102 euros, y 51 euros por niño entre 6 y 16 años. Con esta tarjeta, no es sólo que los billetes de los adultos cuesten la mitad, es que además, los niños van completamente gratis (solicitando la Swiss Family Card, que es una tarjeta gratuita).

Si hacemos el cálculo para una familia de dos adultos y dos niños (mayores de 5 años), el precio total sin descuento sería de 102 + 102 + 51 + 51 = 306 euros.

Con la tarjeta descuento, en cambio, el precio sería de 51 + 51 = 102 euros (dos entradas de adulto al 50%). Es verdad que habréis gastado previamente 256 euros en la compra de las tarjetas, pero si además de este tren, vais a estar unos días en Suiza montando en otros funiculares/teleféricos/trenes, ya veréis que sale muy a cuenta.

El funicular que lleva a Sunnegga es subterráneo, y tarda muy poquito en llegar hasta los 2288 metros de altura donde está la estación superior. Una vez sales fuera, la vista es espléndida, magnífica. Te entra tal subidón que dan ganas de salir corriendo hacia el imponente Matterhorn. Inés salió corriendo, pero hacia los flamantes columpios que la esperaban...

Los tickets del tren del Gornergrat los podéis comprar online aquí.

Los tickets del funicular de Sunnegga los podéis comprar online aquí.

Aquí van unas fotos de la zona de Sunnegga.

Después de pasar un buen rato en la increíble zona infantil, que tiene toda clase de juegos, fuimos a dar un paseo por los senderos de aldededor, buscando la foto perfecta del Matterhorn, al que poco a poco se le iban colgando nubes cada vez mayores.

Y a la vuelta del paseo, pues qué mejor que comer en la terraza del restaurante que hay allí mismo. Es un restaurante autoservicio, con una gran variedad de platos. Me gustaría poder decir que además de esas inmejorables vistas y una comida de calidad, era barato; pero esto es Suiza, amigos. De barato, nada.

Ya con el estómago lleno, cogimos el funicular de vuelta a Zermatt, y caminamos unos minutos hasta la estación de tren del Gornergrat, para el cual habíamos sacado los billetes por la mañana. A estas horas no había mucha gente, quedaban bastantes asientos libres en el tren. Un consejo importante es sentarse, si es posible, en el lado derecho del tren, ya que las vistas del Matterhorn durante el ascenso son mejores.

El trayecto dura en total 33 minutos, y sube un desnivel de 1469 metros. Durante el trayecto hace varias paradas (cinco en total), puedes bajar libremente en todas las que quieras, hay alguna que es altamente recomendable, como la de Rotenboden, a 2815 metros de altitud, desde donde puedes llegar en un paseo de unos 10 minutos al lago Riffelsee. Enfrente del lago tendrás la mole del Matterhorn reflejándose en el lago, es una de las imágenes más clásicas de este pico.

Aquí tienes un plano del recorrido del tren, con sus distintas paradas.

Montar en ese tren fue una experiencia fantástica, llevaba años queriendo hacerlo, y por fin se hacía realidad. Bajamos en Rotenboden, donde hay unas vistas soberbias hacia cualquier lado donde mires, y dimos el paseo hasta el lago. Las nubes ya ocultaban la cima del Matterhorn, pero aun así estuvimos un rato jugando a hacer todo tipo de fotos del lago con el pico al fondo.

Y por fin, llegamos a la cima, donde están los diferentes miradores, y hay hasta un hotel de tres estrellas (el más alto de Europa). Desde allí la vista del Matterhorn es soberbia, pero todavía me impresionó más la que hay hacia el monte Rosa, el segundo pico más alto de los Alpes, con su glaciar, que es el segundo más grande (después del Aletsch).

Aprovechamos incluso para tomarnos algo en la terraza del hotel, con esas vistas increíbles. La verdad es que hacía algo de fresco, ya a última hora de la tarde. A esas horas quedábamos muy pocas personas por allí, y se estaba genial. Bajo estas líneas, a la izquierda, esperando el tren en la estación de Rotenboden para subir a la cima.

En las dos fotos de arriba, tomando algo en la terraza del hotel, ya a última hora de la tarde (como podeís ver en las fotos, apenas hay gente ya a esas horas), y una última foto del Matterhorn sacada desde el interior del tren en el viaje de vuelta

Una vez en Zermatt, cogimos el tren hasta Tasch (10 minutos, quizá un poco más) y allí el coche del parking subterráneo. De camino a casa, paramos a cenar en un restaurante italiano que vimos en la carretera, rompiendo nuestra regla de que las cenas siempre las hacíamos en casa para ahorrar, pero es que la verdad, nos apetecía mucho despues de un día tan intenso.


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