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Templo de Dendera


Fecha del viaje: Agosto de 2015

Este templo no suele estar incluido en los tours tradicionales de 8 días por Egipto. Hay que buscar tours más largos y especializados para verlo incluido ¿La razón? Los circuitos de 8 días ya están bastante apretados de visitas como para incluir una más que, por otra parte, pilla un poco a desmano.

El crucero que se hace en todo viaje a Egipto va de Luxor a Asuán (o al revés), y el templo de Dendera está unos 70 km (como una hora y media en coche, a efectos prácticos) al norte de Luxor, en dirección contraria.

Para mi, apasionado de la arqueología y las ruinas antiguas, resulta una visita imprescindible. No es un templo más. Es el templo mejor conservado de Egipto, el único en el que se puede bajar a la cámara sepulcral, o subir a la azotea. Está tan bien conservado, que es como si los antiguos sacerdotes lo hubiesen abandonado hace unas semanas. Resulta muy espectacular.

¿Y por qué se ha conservado tan bien? Hay dos razones principales, una es que es uno de los templos más modernos de la civilización egipcia, ya que fue construído justo antes de la anexión romana, en el siglo I d.C. Y otra, que durante siglos estuvo parcialmente cubierto de arena, como se puede ver en la imagen de arriba, que representa el dibujo que hizo del templo el pintor inglés David Roberts en el siglo XIX.

Recomendaciones importantes

  • Pocas recomendaciones se pueden hacer aquí, más que decir que este templo me parece imprescindible en cualquier viaje a Egipto, como puede serlo Abu Simbel por ejemplo.
  • Hay otro templo, aún más al norte, ya a 160 km de Luxor (unas dos horas y media) que es el de Abydos. Nosotros no fuimos, era imposible ya meterlo en la planificación, habría hecho falta otra noche adicional en Luxor. Por lo que he visto en internet, debe estar bastante bien.
  • Si vas a pasar una noche en Luxor, intenta que sea en el Winter Palace. Nosotros lo intentamos, pero fue imposible. Es un hotel de época, donde Agata Christie se inspiró para su obra "Muerte en el Nilo", o desde donde Howard Carter anunció a los periodistas el descubrimiento de la tumba de Tutankamon. Nosotros entramos a dar una vuelta por sus jardines, una pena no haber podido alojarnos allí.
  • En frente del hotel Sonesta (donde nos alojamos nosotros) a las afueras de Luxor, hay un restaurante local donde se come fenomenal y muy barato, nos lo recomendó nuestro guía.

En nuestro viaje por Egipto, al finalizar el crucero teníamos una noche en Luxor. El crucero lo acabamos en Asuán, y nos traladamos en coche hasta Luxor (unas tres horas), donde tuvimos toda la tarde libre, dormimos allí en el hotel Sonesta, que estaba bastante bien (tenía una gran piscina, que es casi obligado por el calor; el buffet del desayuno simplemente normal, estaba mejor el del crucero), y luego teníamos la mañana libre hasta coger el vuelo al Sinaí (escala en El Cairo). Esa mañana libre era nuestra ventana de tiempo para poder visitar este templo.

Lo hablamos con la persona que nos llevó de Asuán a Luxor y enseguida nos buscaron un conductor y guía para llevarnos a la mañana siguiente a Dendera. Eso sí, tocó madrugar. A las 7:30, ya desayunados, estábamos en recepción, y nuestro guía ya nos estaba esperando. Es curioso como aquí, siempre van por parejas. Hay un guía (que habla tu idioma perfectamente) y un conductor, que normalmente no habla ni una palabra de tu idioma. El guía podría hacer también de conductor, y así harían con una sola persona lo que hacen con dos, pero no, siempre hay guía y conductor.

Una vez en Dendera, el guía nos hizo la visita turística, explicándonos todos los detalles. Se hizo muy ameno, por que al estar tan bien conservado, hay mucho que ver. Una vez acabadas las explicaciones, como siempre, tuvimos más de una hora libre para recorrerlo por nuestra cuenta y hacer fotos. Al ser un templo poco visitado, estábamos prácticamente solos.

Este templo está dedicado a la diosa Hathor, quien en la mitología egipcia es la diosa del amor, la belleza, la música y la maternidad. Se considera uno de los últimos grandes templos construidos por los antiguos egipcios.

Aquí van unas fotos de nuestra visita al templo. La primera, junto a la fachada y en el exterior, en la que podéis ver como está actualmente, y como estaba en el siglo XIX.

Y ahora unas fotos del interior, en los pasillos que rodean la cámara sagrada. Como decía y podéis ver, está perfectamente conservado.

Como comentaba antes, este templo es el único de Egipto en el que se puede bajar a la cripta subterránea, que se usaba para almacenar objetos sagrados y tesoros. Hay que bajar por una estrecha escalera que podéis ver en las fotos de abajo, que nos recordaba a la de la pirámide de Keops.

Y no solo eso, es además el único templo de Egipto al que se puede subir a la azotea. Este espacio, que no se ha conservado tan bien en ningún otro templo, era fundamental en los antiguos rituales religiosos. En la festividad del año nuevo, la estatua de la diosa Hathor era llevada desde la cámara sagrada hasta la azotea, para que pudiera ascender a los cielos y reencontrarse con el dios solar Ra.

Este ritual simbolizaba la renovación y la fertilidad, y también marcaba el comienzo de un nuevo ciclo agrícola. La exposición de la estatua de Hathor a los primeros rayos del sol del Año Nuevo representaba la regeneración y el renacimiento de la vida y la fertilidad.

La azotea del templo estaba diseñada para permitir a los sacerdotes observar los fenómenos astronómicos, lo que era fundamental en la antigua religión egipcia. La observación del sol, la luna y las estrellas tenía un significado ritual y ayudaba a los sacerdotes a marcar eventos importantes en el calendario religioso, como los cambios de estación y los ciclos de siembra y cosecha.

En estas fotos de abajo podéis ver la escalera de subida, y fotos sacadas arriba. Esta escalera era mucho más amplia y estaba más decorada que la de bajada a la cripta.

Ya abajo de nuevo. Dentro de la cámara sagrada, una escalera que lleva a la cámara super sagrada... A la derecha, la capilla de año nuevo, donde se hacían los rituales antes de subir a la diosa Hathor a la azotea para que fuera bañada por los rayos del Sol. Este templo es más grande de lo que parece, y tiene muchos rincones que explorar.

Y por último, una de las zonas más espectaculares del templo, la sala hipóstila o de columnas. Como puede verse, está perfectamente conservada hasta el último relieve, incluso parte de la policromía original. Lo único que ha sufrido el paso del tiempo son algunos rostros de la diosa Hathor en los capiteles de las columnas, que seguramente en época cristiana fueron desfigurados por considerarlos paganos.

Y para finalizar la visita, salimos al exterior, donde hay unas ruinas de otros edificios, entre ellos, una basílica cristiana del siglo IV, una de las iglesias más antiguas del mundo.

En dos de las fotos de abajo se pueden ver los restos del muro de adobe que rodeaba todo el templo. Y en una de ellas, además, la piscina ceremonial donde los sacerdotes se sumergían en sus rituales sagrados, ahora ocupada por unas palmeras.

En la foto de arriba a la derecha, una foto de la basílica cristiana, y lo que hay detrás es un templo romano, no es el templo de Dendera. Abajo, más fotos del templo romano y la basílica (en la primera foto de abajo sí es el templo de Dendera el que sale detrás de la basílica).

Y una vez visto el templo, vuelta a nuestro hotel en Luxor, donde llegamos sobre las 13:30. Aún teníamos algo de tiempo, así que fuimos a darnos un baño en la piscina de nuestro hotel, y luego a comer a un restaurante sencillo que había justo enfrente, recomendado por nuestro guía, donde comimos realmente bien y barato.

Después de comer, nos llevaron al aeropuerto, donde teníamos el vuelo a Sharm el-Sheij con escala en El Cairo, donde íbamos a pasar un par de días de descanso en la playa antes de acabar el viaje.


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